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Sombrero de mago

De bárbaros y civilizados

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Reinaldo Spitaletta
24 de agosto de 2021 - 02:59 a. m.
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¡Ahí vienen los bárbaros! ¿Quiénes son? Se dirá que los que clasifican en la categoría de los incivilizados. O los que no piensan como nosotros. O, en última instancia, aquellos que no razonan. ¿Y entonces qué diablos son los civilizados? Bárbaro, por ejemplo, Pol Pot, que enterró vivos a cien mil hombres en Camboya. Igual o peor de bárbaro, el Führer, que habitaba, según se decía, en un país civilizado, pero con la “solución final” acabó con seis millones de judíos y causó, por guerrerista y megalómano,

otras mortandades.

¿Quiénes son los bárbaros? Para los supremacistas blancos, por ejemplo, son los negros. El Ku Klux Klan actúa para preservar una discriminatoria posición social, una regulación, unas tierras… En su concepción excluyente, no caben los negros. Son bárbaros. Son extraños. Dentro de las concepciones que se confunden con la civilización, aparece la de cierta “gente de bien”. Los pobretones, los asalariados, los carentes de propiedad, los desclasados son los bárbaros y si de pronto les da por oponerse, por protestar, por reivindicar la dignidad, entonces hay que reprimirlos, por bárbaros, o, como se les endilga: por vándalos.

¡Ahí vienen los bárbaros! Hablan distinto. Huelen diferente. No se les entiende. Son peligrosos y vulgares. Hay que neutralizarlos. Que no entren a nuestra casa, que no perturben nuestros teatros, nuestras esculturas, nuestras músicas, nuestras mujeres, nuestros trajes. Y así, en distintas fases de la historia, se han ido creando imágenes, clichés y discursos en torno a los bárbaros y a los civilizados.

Además de los bárbaros, como los que asesinaron a miles en Ruanda, también hay que incluir a “bárbaros civilizados”, como los que invadieron Vietnam, los que invadieron Irak, los que depusieron presidentes y subieron a capricho a tiranuelos títeres. Bárbaros los que pulverizaron las Torres Gemelas como los que bombardearon bibliotecas y otros patrimonios de la humanidad en Bagdad. Parece que hubiera bárbaros refinados y otros muy romos y obtusos.

El sueño de la Ilustración se derrumbó en el siglo XX, el más sangriento de todos. Dos guerras mundiales, la Guerra Fría, los campos de exterminio, la neocolonización imperialista, los totalitarismos, el irrespeto a las soberanías nacionales, entre otros desafueros y desastres, metamorfosearon en bárbaros a los que pregonaban la convivencia pacífica y eran herederos de los constructores del hermoso edificio de la razón.

“El miedo a los bárbaros es lo que amenaza con convertirnos en bárbaros. Y el mal que haremos será mayor que el que teníamos al principio”, dice Todorov en su libro El miedo a los bárbaros. Y en este punto agrega que un representante de estas barbaridades es EE.UU. desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. Con un afán imperial, con una voracidad de tiburón hambriento, Washington intervino o estimuló injerencias y ocupaciones en Irak, Afganistán, Líbano, con el arrodillamiento de la comunidad europea, plegada a los gringos.

Afganistán, el legendario, el de las caravanas y los bellos relatos medievales, el de los cruces de caminos, viene aquí a colación. Invadido a fines de la década de los setenta por la Unión Soviética, es carne de cañón de las superpotencias. No porque allí estén los bárbaros, sino porque está en unas coordenadas estratégicas, de suma importancia geopolítica, aparte de sus recursos naturales, como el litio.

Hay que recordar que en el juego de las superpotencias (el imperio británico también zarandeó Afganistán en otro momento), están los de apoyar o no a los que se han denominado “bárbaros”. Sucedió, en otro contexto y geografía, con el caso de Sadam Husein en Irak: apoyado por EE.UU., luego se convirtió en su enemigo, hasta matarlo. Lo mismo con los talibanes: los patrocinó con el fin de oponerlos a los soviéticos. A partir de 2001, los atacó e invadió Afganistán.

A los bárbaros se les apoya o no, desde la perspectiva del imperialismo y las potencias mundiales, según sirvan o no a determinados intereses políticos y militares. Qué importa si son atrasados, salvajes, incivilizados, iconoclastas, si no están en la onda de los derechos de las mujeres y los Lgbti, si son sanguinarios, qué importa. Lo clave es si se someten a las pujas e intenciones de saqueo y control de los invasores.

Estados Unidos disfraza sus invasiones, incluida la de Afganistán hace veinte años, como un vehículo de la libertad y la democracia. El cuento es viejo y ha sido la desprestigiada bandera de sus intervenciones en muchos países. Ahora, tras la retirada gringa de Kabul, se abren las compuertas a chinos y rusos en el delicado escenario que enfrenta a “bárbaros” y “civilizados” en el orbe.

En un país asolado por los nuevos bárbaros, como ha sido Afganistán, sobreviven en la memoria de muchos las imágenes de niños jugando con misiles en las calles, y de los niños muertos por esos mismos misiles y bombas de la gran civilización. La confusión ya es antigua: ¿quiénes son los bárbaros y quiénes los civilizados?

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luis(89686)24 de agosto de 2021 - 06:42 p. m.
Afganistán " porque está en unas coordenadas estratégicas, de suma importancia geopolítica, aparte de sus recursos naturales, como el litio". Colombia en las mismas condiciones geopolíticas y con más riquezas, por ejemplo Uranio en la Macarena descubierto por el Instituto Lingüístico de Verano en la década de los 60, Coltán en la Orinoquía y en la Amazonía...
Carlos(33105)24 de agosto de 2021 - 05:46 p. m.
El bárbaro ejército gringo secuestró, torturó, asesinó violó el pueblo afgano en total impunidad (lo viene haciendo desde que es superpotencia en la casi totalidad del orbe); ahora deja las cosas como estaban hace 20 años, o peor, pues el odio por ellos se incrementó en la mayoría de la pululación afgana, en realidad fue una minoría la que se benefició de las "libertades" impuestas por el invasor
Carlos(58915)24 de agosto de 2021 - 05:11 p. m.
Los romanos llamaban bárbaros a quienes defendían sus tierras como los germanos y británicos. Muy buena columna gracias.
George(98053)24 de agosto de 2021 - 02:36 p. m.
Ya muy pocos países de Asia le temen o respetan el poderío militar de USA, por eso USA tendrá que retornar a expoliar, explotar, amenazar países de su patio trasero y realizar invasiones exitosas en países débiles como Panamá, Belice o Haití.
MARCOAURELIO(29421)24 de agosto de 2021 - 02:25 p. m.
que buen articulo Sera que soy barbaro? soy incivilizado Que mentira y disfraz tan mezquina ..
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