Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Duque y la risa pascual

Reinaldo Spitaletta

19 de abril de 2022 - 12:01 a. m.

Como los malos estudiantes, el presidente Duque (no olvidar el apelativo de “subpresidente”, aunque parece que el patrón está “peleado” con él) se ha rajado en todo, incluido su inconsistente discurso en el Consejo de Seguridad de la ONU. Se garantiza, eso sí, que con su palabrería —más cercana al desbarre que al acierto— siempre estará pisando arenas movedizas, habrá contradicciones verbales, y estará en la cuerda floja del desatino lingüístico, más allá del “así lo querí” y la P de Polombia.

PUBLICIDAD

En el tablado de la ONU, cuando antes de entrar tuvo que escuchar a colombianos que gritaban “Duque tiene las manos manchadas de sangre”, desgranó mazorcas acerca de una presunta “Paz con legalidad”. Señaló que ni la pandemia, ni la crisis migratoria (que podría ser una suerte de venezolanización a la colombiana) ni los estragos sociales (pudo agregar que casi todos originados en su desgobierno) han privado a Colombia de “avanzar en el proceso de paz”.

Mejor dicho, daba la impresión de haber estado en las negociaciones de La Habana y de nunca haberle pasado por la mente la consigna de “hacer trizas el proceso de paz”. Hay en Colombia, además de enormes desgracias para las mayorías, cosas que pueden auspiciar no solo el desgarrado llanto, sino la risa. Tragicómicos que somos. Empezando por el señor de los muy afamados “siete enanitos”. “No hay enemigos de la paz dentro de la institucionalidad y en la democracia”, sentenció (aquí podéis reíros).

Recordó —en otros tiempos había que estar coreándoselos a ver si él y su partido caían en la cuenta— que, como reza el artículo 22 de la Constitución, “la paz es un deber y un derecho de obligatorio cumplimiento”. En cualquier caso, a Duque le dio por defender el legado de los acuerdos de paz, a los que tanto vapuleó y ultrajó en su campaña electoral y al que intentó reformar en los albores de su gobierno.

Además de la gritería en las afueras de la ONU, en Nueva York, a Duque, que de un momento a otro pareció sufrir un asalto de amnesia, le recordaron las masacres en Colombia, los asesinatos de líderes sociales, los muertos en las manifestaciones del paro nacional, los desplazados por la violencia… “El jefe de Estado ha tratado de engañar a la comunidad internacional”, señaló el senador Feliciano Valencia. “La Paz con Legalidad ha sido una matanza”, concluyó.

Read more!

Hasta ahora, 241 suscriptores del acuerdo de paz han sido asesinados, así como en lo corrido de 2022 suman 43 los líderes sociales acribillados por las llamadas “fuerzas oscuras”, que pueden ir desde “águilas negras”, guerrilleros, disidentes “farianos” hasta otros combos de matones. El candidato presidencial Sergio Fajardo dijo que el gobierno de Duque no ha tenido ningún compromiso con la paz ni con la legalidad.

Los apuntes demagógicos de Duque en su discurso sobre la paz en Colombia fueron tan descarados, que, como lo dijo Martín Santos, solo le faltó decir que había hecho parte del “equipo negociador del acuerdo”. La víspera de su intervención en la ONU, varias organizaciones sociales denunciaron que el mandatario bloqueó la participación en la sesión de víctimas del conflicto armado en Colombia. Noventa y dos representaciones enviaron una carta a Barbara Woodward, presidenta del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en la que, entre otros asuntos, dijeron que “nuestra voz debe ser escuchada y debemos estar representados”.

Read more!

Por su parte, el Movimiento Defendamos la Paz dijo que “el exterminio a cuentagotas de firmantes de paz y lideresas y líderes sociales tiene lugar bajo la mirada indiferente del gobierno, que se niega a implementar las medidas de seguridad contempladas en el Acuerdo de Paz, tal como lo señala la Comisión de Verificación de la ONU en su último informe”.

El jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas, Carlos Ruiz Massieu, le pidió a Duque investigar las posibles irregularidades en la muerte de 11 personas, entre ellas un menor de edad, un gobernador indígena y un líder comunal, en el operativo del ejército en una vereda de Puerto Leguízamo, que puede ser otro “falso positivo”, como lo han sugerido algunos reportes periodísticos, y expresó una enorme preocupación por la violencia contra grupos afrocolombianos e indígenas en distintas regiones.

En Colombia abundan los discursos guerreristas y las ganas de resolver las contradicciones sociales a punta de bala; gusta mucho borrar al opositor. Los procesos de paz son mal vistos por los negociantes y propulsores de la guerra. Hay “gente de bien” que proclama sin recato alguno que “plomo es lo que hay, plomo es lo que viene” y hasta disparan contra manifestantes y la minga indígena. Ah, y son legión los fanáticos de la ilegalidad y la corruptela.

No ad for you

Deben ser muchos los que tienen las “manos manchadas de sangre”. Y no faltan los disfrazados de “mansas palomas” que gozan con el atronador bullicio de las balas, sobre todo cuando asesinan a líderes sociales.

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.