Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              26 de agosto de 2013 - 06:00 p. m.

                                                                                                                              El horrible campo colombiano

                                                                                                                              El campo, ese lugar horrible donde los pollos andan crudos, que decía Óscar Wilde, es en Colombia espantoso, no por los pollos, sino por todas las miserias.

                                                                                                                              ¿Qué significa ser campesino en un país sin reforma agraria? ¿Cuáles son las condiciones de vida de un campesino pobre, sin tierra, sin alicientes para la huerta? Durante años, el campo en este país de abundantes desgracias, ha sido sangriento, y en muchos momentos de su historia no había tanto pollos como “pájaros”, aquellos escopeteros tenebrosos que, al servicio de grandes terratenientes, sembraron de terror montes y llanuras.

                                                                                                                              En otros días, no muy lejanos, a los campesinos se les perseguía, descabezaba, volvía añicos, sus restos se tiraban a un río, o se dejaban a la exposición bajo un cielo de sangre; a los que corrían con “mejor suerte” se les expulsaba de sus heredades y con corotos y todo tenían que irse a la ciudad, a engrosar los cordones de miseria y la expansión tugurial.

                                                                                                                              Muchos terratenientes iban extendiendo sus alambradas hasta el infinito e imponiendo su feudalidad a sangre y fuego. El campo, que en los cincuenta era ya sede de un conflicto armado liberal-conservador, se puso peor después, y los campesinos se movían -y perecían- entre varios fuegos: los del ejército, la guerrilla y los paramilitares. Y de tierra, nada. “Se va o lo desaparecemos”, era una de las decenas de amenazas.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Ser campesino en Colombia está ligado al vasallaje, a los peonazgos. Hay hasta cantos bucólicos de ciertos dueños, cuando ven en sus inmensas extensiones a trabajadores agrarios, pero que no son propietarios, sino jornaleros. Víctimas de distintos bandidajes, los campesinos colombianos han oscilado entre las macheteadas, las balaceras, las persecuciones y las motosierras. Con el proyecto paramilitar, muchos miles fueron arrojados de sus parcelas, condenados a la condición dolorosa de desterrados y desplazados a la fuerza.

                                                                                                                              Pero parece ser que más violentas que las mafias, los paracos, las guerrillas, son las transnacionales. Después de suscribirse el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Colombia, la situación de campesinos, de agricultores, empeoró. Recientes denuncias advierten sobre el peligro que representa tener semillas. Las transnacionales, a las cuales el gobierno colombiano ha servido como gran prostituta, comenzaron sus maltratos contra aquellos que guarden semillas extranjeras “genéticamente modificadas”.

                                                                                                                              Los campesinos, alzados hoy contra los monopolios extranjeros, corren el riesgo de ir a la cárcel o pagar cuantiosas multas. Y todo porque los serviles lacayos de la dirigencia nacional se empeñaron en proteger unas cuantas semillas extranjeras en detrimento de numerosas y ancestrales semillas que han sido el patrimonio de estas Américas. Sitiados por las transnacionales, los campesinos colombianos están abocados a la ruina, y, de otro lado, tendrán que erguirse como defensores de las semillas libres.

                                                                                                                              Muchos campesinos -desplazados y no desplazados- recuerdan por ejemplo las tropelías del pasado gobierno (del cual el actual heredó todas sus mañas y represiones contra el pueblo) sobre Carimagua, que en últimas quedó en manos del ejército, el Incoder y Corpoica, y el asalto a Agro Ingreso Seguro, cuyos subsidios fueron a parar a las arcas de multimillonarios amigotes y áulicos de Uribe Vélez.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Hoy, muchas titulaciones de baldíos, por ejemplo los del Catatumbo, se destinan a magnates y a sus empresas. ¿Y a los campesinos pobres, qué? Nada. O sí, más pauperización. Más exclusiones. Todo el poder a las multinacionales, parece decir el gobierno, que en la práctica ha demostrado su postración a aquellas y alzado su mano dura contra los que protestan con justicia frente a tantas vulneraciones de su escaso patrimonio.

                                                                                                                              Los vergonzosos neoliberales colombianos abren sus bocas y piernas a transnacionales como Monsanto, Syngenta y Dupon, con sus semillas de maíz, soya, arroz, algodón; a las de los carísimos fertilizantes y agrotóxicos, ah, sin contar con las de la minería, y destrozan al país. Y todavía hay gente que se pregunta por qué los paros agrarios.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La cosa es que el campo colombiano no es aquel lugar terrible donde los pollos andan crudos, sino donde los campesinos se acercan cada vez más a la indigencia y a todos los desamparos. Por eso, nada tiene de raro que protesten y luchen por su dignidad, antes de que las transnacionales “patenten” todos los pollos.

                                                                                                                              El campo, ese lugar horrible donde los pollos andan crudos, que decía Óscar Wilde, es en Colombia espantoso, no por los pollos, sino por todas las miserias.

                                                                                                                              ¿Qué significa ser campesino en un país sin reforma agraria? ¿Cuáles son las condiciones de vida de un campesino pobre, sin tierra, sin alicientes para la huerta? Durante años, el campo en este país de abundantes desgracias, ha sido sangriento, y en muchos momentos de su historia no había tanto pollos como “pájaros”, aquellos escopeteros tenebrosos que, al servicio de grandes terratenientes, sembraron de terror montes y llanuras.

                                                                                                                              En otros días, no muy lejanos, a los campesinos se les perseguía, descabezaba, volvía añicos, sus restos se tiraban a un río, o se dejaban a la exposición bajo un cielo de sangre; a los que corrían con “mejor suerte” se les expulsaba de sus heredades y con corotos y todo tenían que irse a la ciudad, a engrosar los cordones de miseria y la expansión tugurial.

                                                                                                                              Muchos terratenientes iban extendiendo sus alambradas hasta el infinito e imponiendo su feudalidad a sangre y fuego. El campo, que en los cincuenta era ya sede de un conflicto armado liberal-conservador, se puso peor después, y los campesinos se movían -y perecían- entre varios fuegos: los del ejército, la guerrilla y los paramilitares. Y de tierra, nada. “Se va o lo desaparecemos”, era una de las decenas de amenazas.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Ser campesino en Colombia está ligado al vasallaje, a los peonazgos. Hay hasta cantos bucólicos de ciertos dueños, cuando ven en sus inmensas extensiones a trabajadores agrarios, pero que no son propietarios, sino jornaleros. Víctimas de distintos bandidajes, los campesinos colombianos han oscilado entre las macheteadas, las balaceras, las persecuciones y las motosierras. Con el proyecto paramilitar, muchos miles fueron arrojados de sus parcelas, condenados a la condición dolorosa de desterrados y desplazados a la fuerza.

                                                                                                                              Pero parece ser que más violentas que las mafias, los paracos, las guerrillas, son las transnacionales. Después de suscribirse el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Colombia, la situación de campesinos, de agricultores, empeoró. Recientes denuncias advierten sobre el peligro que representa tener semillas. Las transnacionales, a las cuales el gobierno colombiano ha servido como gran prostituta, comenzaron sus maltratos contra aquellos que guarden semillas extranjeras “genéticamente modificadas”.

                                                                                                                              Los campesinos, alzados hoy contra los monopolios extranjeros, corren el riesgo de ir a la cárcel o pagar cuantiosas multas. Y todo porque los serviles lacayos de la dirigencia nacional se empeñaron en proteger unas cuantas semillas extranjeras en detrimento de numerosas y ancestrales semillas que han sido el patrimonio de estas Américas. Sitiados por las transnacionales, los campesinos colombianos están abocados a la ruina, y, de otro lado, tendrán que erguirse como defensores de las semillas libres.

                                                                                                                              Muchos campesinos -desplazados y no desplazados- recuerdan por ejemplo las tropelías del pasado gobierno (del cual el actual heredó todas sus mañas y represiones contra el pueblo) sobre Carimagua, que en últimas quedó en manos del ejército, el Incoder y Corpoica, y el asalto a Agro Ingreso Seguro, cuyos subsidios fueron a parar a las arcas de multimillonarios amigotes y áulicos de Uribe Vélez.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Hoy, muchas titulaciones de baldíos, por ejemplo los del Catatumbo, se destinan a magnates y a sus empresas. ¿Y a los campesinos pobres, qué? Nada. O sí, más pauperización. Más exclusiones. Todo el poder a las multinacionales, parece decir el gobierno, que en la práctica ha demostrado su postración a aquellas y alzado su mano dura contra los que protestan con justicia frente a tantas vulneraciones de su escaso patrimonio.

                                                                                                                              Los vergonzosos neoliberales colombianos abren sus bocas y piernas a transnacionales como Monsanto, Syngenta y Dupon, con sus semillas de maíz, soya, arroz, algodón; a las de los carísimos fertilizantes y agrotóxicos, ah, sin contar con las de la minería, y destrozan al país. Y todavía hay gente que se pregunta por qué los paros agrarios.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La cosa es que el campo colombiano no es aquel lugar terrible donde los pollos andan crudos, sino donde los campesinos se acercan cada vez más a la indigencia y a todos los desamparos. Por eso, nada tiene de raro que protesten y luchen por su dignidad, antes de que las transnacionales “patenten” todos los pollos.

                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar