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Sombrero de mago

Primero de mayo y los Mártires de Chicago

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Reinaldo Spitaletta
30 de abril de 2024 - 09:00 a. m.
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Cada primero de mayo en el orbe, excepto en unos contados países, como Estados Unidos, revive el universal grito de “¡proletarios del mundo, uníos!”, como parte de una conmemoración de enconadas gestas de los trabajadores. Tras la revolución industrial, cuando emergió una clase social como la de los obreros, se presentaron luchas por la dignidad y, en especial, por la conquista de jornadas racionales de trabajo, que en el siglo XIX, en Europa y EE.UU., parecía una dictadura patronal de nueva esclavitud.

El Primero de Mayo, como fiesta ecuménica del proletariado, también se recuerda, como lo advirtió hace tiempos José Martí, que los derechos no se mendigan, no se piden. Se arrebatan. Se conquistan. Y esto es lo que fue acaeciendo en diversas faenas, muchas de ellas sangrientas y con acentuada represión oficial, por llegar a tener turnos laborales de ocho horas, frente hasta las dieciocho que se venían dando, como un modo de descarada explotación de la mano de obra, en los países que desarrollaban el sistema capitalista.

El ascenso de las contiendas obreras en Europa y en especial en Estados Unidos alcanzó una de sus máximas cotas en mayo de 1886, cuando en Chicago, se organizaron masivas manifestaciones y movimientos huelguísticos, que son reprimidos por la policía, y, a su vez, para debilitarlos, los dueños de fábricas se valían de esquiroles. Desde antes, en el país del norte, se venían presentando alzamientos y huelgas en distintas ciudades, como Nueva York, Boston, Baltimore, Detroit y otras. Pero es en el año mencionado cuando los ánimos obreros se sublevaron y hubo contra ellos una feroz respuesta oficial y de los patronos.

En las demostraciones de protesta de los trabajadores se agitaba la consigna del Manifiesto Comunista, de Marx y Engels: “Proletarios del mundo entero, ¡uníos! No tenéis nada que perder, excepto vuestras cadenas. ¡Y tenéis todo que ganar!”, tal como lo recuerda Howard Zinn, en su libro La otra historia de los Estados Unidos. En la primavera de 1886 ya había crecido el fervoroso movimiento en favor de la jornada de ocho horas (que hacía parte de la lucha por los tres ochos: ocho horas de trabajo, ocho de descanso y ocho para la educación), y se exhortaba a las huelgas nacionales en los lugares donde se negara esta reivindicación.

El 1 de mayo de 1886, cerca de 400.000 trabajadores iniciaron una huelga en Chicago, con movilizaciones multitudinarias que se prolongaron durante los días siguientes. La represión era brutal. El 4 de mayo, en la plaza Haymarket, estalló una bomba, la policía respondió, hubo decenas de muertos, heridos, detenidos. Se apresaron varios líderes anarquistas, como una manera de escarmentar a los demás trabajadores e intimidarlos. Adolph Fischer, Augusto Spies, Albert Parsons, George Engel, Louis Lingg, Michael Schwab, Samuel Fielden y Oscar Neebe, fueron los señalados. En un juicio amañado, a los cuatro primeros se les condenó a muerte. Los ahorcaron al año siguiente.

A los otros se les sentenció a prisión perpetua. Lingg prefirió suicidarse con un taco de dinamita en la boca antes que “padecer la justicia del sistema”. Todos ellos son conocidos en la historia como los Mártires de Chicago, y en su honor, en 1889, en París, en la Conferencia Internacional de Trabajadores, se decidió conmemorar el primero de mayo como el Día de la Clase Obrera y de los Trabajadores, en memoria de los sacrificados en las lides por la conquista de las ocho horas.

El Primero de Mayo, también denominado el día más luminoso del mundo, es una conmemoración universal de las luchas de los trabajadores, una posibilidad para ahondar en la historia de aquellas disputas en las que, además, murieron centenares de obreros aquí y allá, en heroicas faenas reivindicativas por el establecimiento legal de las ocho horas de trabajo.

En Colombia hubo de pasar un tiempo para el ejercicio de esta conmemoración. Las empresas, aliadas con la Iglesia y con la complacencia oficial, realizaban misas campales, paseos, bazares y otras maniobras distractoras para borrar o desviar la memoria, mantener la explotación y evitar cualquier intento organizativo de sus obreros. Se recuerda que en 1919, y a propósito del ascenso de las luchas de distintos trabajadores, como los ferroviarios, los del río Magdalena y otros, se aprobó en el país el derecho a huelga, que lo estrenaron, meses después, las cuatrocientas señoritas de la Fábrica de Tejidos de Bello, dirigidas por Betsabé Espinal.

En Colombia, y como un influjo paradigmático de las batallas obreras en Europa y EE. UU. por los tres ochos, estallaron movimientos de reivindicación proletaria, como la mencionada “huelga de señoritas”, y alzamientos sindicales posteriores, que conquistaron derechos, los cuales, con la injerencia de Washington, el neoliberalismo, reformas antiobreras, las líneas trazadas por organismos como el FMI, el Banco Mundial y otros, se han venido desmontando.

Los Mártires de Chicago, en cuya memoria se realiza la fiesta universal de los trabajadores, reviven cada primero de mayo. Y la utopía sigue vigente: “proletarios de todos los países, uníos”.

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Jorge(53826)01 de mayo de 2024 - 09:26 a. m.
¡A marchar hoy!
jaime(19235)01 de mayo de 2024 - 01:26 a. m.
Aqui en Colombia el grupo Exito con su filial Carulla tiene estos horarios para sus trabajadores como lo puedenverificar los que quieran hacerlo.Un empleado,a entra al trabajo a las dos de la tarde ,sale a las 10 p,mp y al otro dia debe presentarse a las 6 a.m.,es decir ha tenido que distribuir esas ocho horas8de las 10 p,m, a las 6 a.m. para viajar a su casa.,dormir,bañarse,preparar algo para el desayuno y almuerzo del dia siguiento.Es decir no tiene las 16 horas que deben ser,Naturalmente nues
Róbinson(30335)01 de mayo de 2024 - 12:55 a. m.
Lo triste es que muchos de los que pertenecen a la clase obrera no lo sabe, o simula no saberlo, y se consideran igual al patrón en términos económicos y clase social. Esa ridiculez la defienden de manera tal que he visto casos en que con solo admirar a un rico imaginan que son uno de ellos. Hay que precisar que hay patrones; ricos y demás poderosos $$$, que lograron sus fortunas o las mantuvieron o las hicieron crecer con trabajo, inteligencia y mucha honradez. Otros con latrocinio e ilegalidad
Camilo(3yl69)30 de abril de 2024 - 10:37 p. m.
Como siempre, muy buena columna, gracias Reinaldo
orlando(94712)30 de abril de 2024 - 06:38 p. m.
La celebración histórica del 1o de mayo siempre estará en la conciencia y en el itinerario de la clase obrera y trabajadita de Colombia. No podemos olvidar la Masacre de las bananeras ocurrida en 1928. Las centrales obreras, los campesinos, indígenas y afros, deben salir a manifestarse en procura de las reformas sociales que ha presentado el gobierno Petro al Congreso. Las marchas deben ser coloridas y en paz. La presencia por primera vez de un presidente acompañando la marcha dice mucho.
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