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Tierra de desterrados

Reinaldo Spitaletta

06 de junio de 2011 - 06:00 p. m.

Colombia posee un vergonzoso récord: es el segundo país del mundo con mayor número de desplazados.

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El fenómeno, cruel y doloroso, ha sido objeto de múltiples miradas y de estudios diversos. Las víctimas sufren, en su proceso de expulsión y búsqueda de nuevos territorios, los padecimientos del desarraigo, la marginación y pérdida de identidad. Tienen que crear en medio de las hostilidades y desamparos una suerte de nuevo mundo, al cual llegan plenas de desnudeces, carencias y desazones. Llegan cargando una pérdida. Y sobre ese vacío deben –o intentan- buscar un renacimiento.

San José del Pinar, un barrio de invasión sobre una colina al sudeste de Bello (Antioquia), es una construcción de los enviados al infierno por efectos del conflicto armado colombiano y por otras miserias sin límites. En otros tiempos, el sector fue sede de fincas de recreo y una suerte de paraíso para vacacionistas y caminantes.

Por aquellos parajes, sembrados de pinos y eucaliptos, sólo se atrevían la neblina y los crepúsculos. Un kilómetro y medio más arriba de Santo Domingo Savio, por la vieja carretera a Guarne, a la derecha, en la vereda Granizal, está hoy el asentamiento de San José del Pinar, con más de siete mil habitantes (sin contar los de las invasiones vecinas), calles de tierra y cemento, ranchos de tablas y cartón, casas de material con entejados de zinc o de asbesto.

Algunas casitas tienen en sus afueras hortensias y plataneras, geranios y bifloras, plantas aromáticas y coles. Otras muestran en sus precarias fachadas avisos de venta de helados, gaseosas o de servicios de internet. Por caminos de tierra amarilla transitan niños flacos y de ojos vivaces y de pronto se puede escuchar el pregón de un vendedor de tomates.

En las casas a orillas de carretera se notan progresos en la construcción: ladrillo y cemento, algunas con tejas de barro y dos plantas. Las de más arriba, a las cuales hay que llegar por empinadas escaleras (algunas todavía son de tierra), se aferran a barrancos o surgen de las cañadas, como una muestra del ánimo por sobrevivir. Si se mira desde arriba, por ejemplo de la zona donde está el tanque azul que les ha servido como dotación de agua, se verá una panorámica de pobrezas sin cuento, con techos que se pueden venir abajo en el primer aguacero o con las ráfagas de viento.

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San José del Pinar se construyó en terrenos que, según el Plan de Ordenamiento Territorial de Bello, están destinados a usos de protección forestal, recreación pasiva y disfrute visual, como que hacen parte de la zona de reserva ecológica regional conocida como el Parque Arví, con antiguos caminos de piedra, acequias y secretos seculares. En otros días, fue un asentamiento indio, más antiguo que el de los aztecas e incas. Sin embargo, el conflicto armado del país condujo a que desde mediados de 1996, este fragmento de la vereda Granizal comenzara a poblarse de los desplazados de la violencia y ahora ya son cinco barrios aglutinados en ese lugar.

San José del Pinar, vecino del Regalo de Dios (antes llamado Adolfo Paz), de Ciudad Perdida y otros asentamientos, es una especie de maqueta del conflicto colombiano. Fue “fundado” por las Farc, luego el Eln disputó el territorio y, más tarde, los paramilitares entraron a arrasar y a imponer su “ley”. Hoy, sus habitantes, intentan salir a flote, tras jornadas de violencia y terror que los azotaron durante más de una década.

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Hay allí habitantes que son sobrevivientes del período de La Violencia y otros que llegaron desplazados por paramilitares, guerrilla y ejército. Todos tienen historias tremendas de desdichas, terrores y alguna esperanza.

La Universidad Pontificia Bolivariana publicará en agosto el libro Tierra de desterrados (San José del Pinar: Historias de desplazamientos y otras violencias), de los profesores Mary Correa y del autor de esta columna, producto de una larga investigación sobre el asentamiento. El Pinar, pequeña geografía en la se puede observar –y padecer-, a escala, todo el conflicto armado colombiano.

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