Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              12 de febrero de 2019 - 12:00 a. m.

                                                                                                                              Violencia y peces muertos

                                                                                                                              Parece que no solo estamos acostumbrados a las penas y otros dolores, sino a la naturalización de la violencia y la corrupción. Y no es que, como se puede decir en términos populares, hayamos creado callo. Puede ser que la abrumadora repetición de asesinatos, desgreños administrativos, desapariciones, “falsos positivos”, desplazamientos, masacres y otras desgracias nos haya insensibilizado para siempre.

                                                                                                                              Y podemos llegar a impasibilidades increíbles, como el “da lo mismo” que maten a un delincuente o un líder social, que se roben un río o un celular, que saquen de circulación a un adalid de la restitución de tierras robadas por paramilitares y otras lacras, o que intenten privatizar a Ecopetrol. Como en algún cuento de Flannery O’Connor, el mal es lo natural.

                                                                                                                              Y quizá lo peor: vemos a los verdugos como salvadores y a los victimarios como seres imprescindibles que han hecho un aporte ecológico, que equilibran nuestra naturaleza de perversiones y despropósitos. Es “normal”, según distorsionados paradigmas, que se hayan usado motosierras para destazar humanos como que haya habido no sé cuántos desaparecidos y desplazados en el proceso de construcción de Hidroituango.

                                                                                                                              Por eso, y por otras numerosas circunstancias, no es extraña, como dicen que dijo un periodista, la muerte de 64.758 peces en el disecado río Cauca. Eso no vale la pena. “Tanto escándalo por la muerte de peces”, se llega a decir. Pero, ¿qué hay detrás de ese “pecicidio”? ¿Sí es un hecho intrascendente? ¿Es intrascendente que un policía le dispare a la mascota de un vagabundo? ¿Carecen de significado, por ejemplo, las masacres de El Aro o la creación de grupos de exterminio, disfrazados de justicieros y de profetas de la salvación?

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Y así vamos naturalizando el delito, el saqueo al Estado, las diversas maneras de la corrupción oficial. Y de la privada. Un corrupto, entre los cuales también hay escalafones, puede parecer —a pesar de que sus comportamientos son delincuenciales y nada virtuosos— un tipo preparado, sagaz, inteligente, y se llega a admirar su condición rapaz, su cinismo y descaro. Merece consideraciones, besamanos e impunidad. Se debe premiar su capacidad para la coima. Así estamos.

                                                                                                                              Puede ser que todo lo que nos gusta, como diría la desopilante Mafalda, es ilegal, inmoral y engordador. Y como títeres de función barrial, nos van moviendo, nos hacen decir lo que el titiritero quiere. “Nos meten la mano por allá”, como decía un curita muy gozón. Y nos tornan muñeco de ventrílocuo, domesticación a la que contribuyen, claro, medios de comunicación o de manipulación. Y así vamos creyendo, sin dársenos nada, que a los líderes sociales los matan por “líos de faldas” y que no hay que preguntarse nada, para qué tanta escandalera por la muerte de miles de peces en el río Cauca.

                                                                                                                              A diferencia, tal vez, de una directora de periódico de un medio local de Medellín (El Mundo), que todos los días hace en redes sociales una breve reflexión sobre la mortandad en la capital de Antioquia, el homicidio cotidiano se nos volvió paisaje. Y volvemos a aquello, tan común en los tiempos terroríficos de las mafias del narcotráfico y el sicariato (otra vez en boga): “Si lo mataron es porque algo debía”. La justificación del victimario y la condena a la víctima.

                                                                                                                              O, cuando no es así, se apela, como está pasando ahora, a que hay que extender el uso de armas. Que cada uno ande con revólver en la pretina. Y si hay alguien por ahí, muy alebrestado, diciendo que hay anomalías en la construcción de una hidroeléctrica y que sí hay que hacer escándalo no solo por la muerte de peces, sino por la de los que defienden la devolución de sus tierras, o porque atacan las medidas antipopulares del Gobierno, se les acusa, sin más ni más, de ser de la guerrilla.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Pasó (como ha pasado muchas veces) con un pinchaúvas columnero que, sin fundamento, y como colgándole de una vez la lápida al cuello a una periodista, la acusó de ser activista política de la guerrilla. En los tiempos de la “Seguridad Democrática” (ahora rediviva) era parte de la táctica oficial que se acusara a defensores de derechos humanos, a adalides de las luchas populares, a los que protestaban por los desmanes del Gobierno, a las ONG no afectas al Gobierno, de ser “guerrilleros de civil”, “comunistas disfrazados”... El DAS y los “buenos muchachos” se encargaban del resto.

                                                                                                                              Y se extiende como peste la naturalización de la violencia y de las corruptelas. Se niega que haya un conflicto armado interno y se expande que es menester resolverlo todo a bala… Así vamos. Acostumbrados a las penas. Nada de escándalos, queridos, que peces nacen todos los días y niños también.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Parece que no solo estamos acostumbrados a las penas y otros dolores, sino a la naturalización de la violencia y la corrupción. Y no es que, como se puede decir en términos populares, hayamos creado callo. Puede ser que la abrumadora repetición de asesinatos, desgreños administrativos, desapariciones, “falsos positivos”, desplazamientos, masacres y otras desgracias nos haya insensibilizado para siempre.

                                                                                                                              Y podemos llegar a impasibilidades increíbles, como el “da lo mismo” que maten a un delincuente o un líder social, que se roben un río o un celular, que saquen de circulación a un adalid de la restitución de tierras robadas por paramilitares y otras lacras, o que intenten privatizar a Ecopetrol. Como en algún cuento de Flannery O’Connor, el mal es lo natural.

                                                                                                                              Y quizá lo peor: vemos a los verdugos como salvadores y a los victimarios como seres imprescindibles que han hecho un aporte ecológico, que equilibran nuestra naturaleza de perversiones y despropósitos. Es “normal”, según distorsionados paradigmas, que se hayan usado motosierras para destazar humanos como que haya habido no sé cuántos desaparecidos y desplazados en el proceso de construcción de Hidroituango.

                                                                                                                              Por eso, y por otras numerosas circunstancias, no es extraña, como dicen que dijo un periodista, la muerte de 64.758 peces en el disecado río Cauca. Eso no vale la pena. “Tanto escándalo por la muerte de peces”, se llega a decir. Pero, ¿qué hay detrás de ese “pecicidio”? ¿Sí es un hecho intrascendente? ¿Es intrascendente que un policía le dispare a la mascota de un vagabundo? ¿Carecen de significado, por ejemplo, las masacres de El Aro o la creación de grupos de exterminio, disfrazados de justicieros y de profetas de la salvación?

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Y así vamos naturalizando el delito, el saqueo al Estado, las diversas maneras de la corrupción oficial. Y de la privada. Un corrupto, entre los cuales también hay escalafones, puede parecer —a pesar de que sus comportamientos son delincuenciales y nada virtuosos— un tipo preparado, sagaz, inteligente, y se llega a admirar su condición rapaz, su cinismo y descaro. Merece consideraciones, besamanos e impunidad. Se debe premiar su capacidad para la coima. Así estamos.

                                                                                                                              Puede ser que todo lo que nos gusta, como diría la desopilante Mafalda, es ilegal, inmoral y engordador. Y como títeres de función barrial, nos van moviendo, nos hacen decir lo que el titiritero quiere. “Nos meten la mano por allá”, como decía un curita muy gozón. Y nos tornan muñeco de ventrílocuo, domesticación a la que contribuyen, claro, medios de comunicación o de manipulación. Y así vamos creyendo, sin dársenos nada, que a los líderes sociales los matan por “líos de faldas” y que no hay que preguntarse nada, para qué tanta escandalera por la muerte de miles de peces en el río Cauca.

                                                                                                                              A diferencia, tal vez, de una directora de periódico de un medio local de Medellín (El Mundo), que todos los días hace en redes sociales una breve reflexión sobre la mortandad en la capital de Antioquia, el homicidio cotidiano se nos volvió paisaje. Y volvemos a aquello, tan común en los tiempos terroríficos de las mafias del narcotráfico y el sicariato (otra vez en boga): “Si lo mataron es porque algo debía”. La justificación del victimario y la condena a la víctima.

                                                                                                                              O, cuando no es así, se apela, como está pasando ahora, a que hay que extender el uso de armas. Que cada uno ande con revólver en la pretina. Y si hay alguien por ahí, muy alebrestado, diciendo que hay anomalías en la construcción de una hidroeléctrica y que sí hay que hacer escándalo no solo por la muerte de peces, sino por la de los que defienden la devolución de sus tierras, o porque atacan las medidas antipopulares del Gobierno, se les acusa, sin más ni más, de ser de la guerrilla.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Pasó (como ha pasado muchas veces) con un pinchaúvas columnero que, sin fundamento, y como colgándole de una vez la lápida al cuello a una periodista, la acusó de ser activista política de la guerrilla. En los tiempos de la “Seguridad Democrática” (ahora rediviva) era parte de la táctica oficial que se acusara a defensores de derechos humanos, a adalides de las luchas populares, a los que protestaban por los desmanes del Gobierno, a las ONG no afectas al Gobierno, de ser “guerrilleros de civil”, “comunistas disfrazados”... El DAS y los “buenos muchachos” se encargaban del resto.

                                                                                                                              Y se extiende como peste la naturalización de la violencia y de las corruptelas. Se niega que haya un conflicto armado interno y se expande que es menester resolverlo todo a bala… Así vamos. Acostumbrados a las penas. Nada de escándalos, queridos, que peces nacen todos los días y niños también.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar