Confieso ser un cronista de efemérides y un condenado a las necrologías: en todas las redacciones por las que pasé, cada vez que moría alguien eminente de la Literatura o las Bellas Artes, el cable iba a parar indefectiblemente a mi mesa con una nota del redactor–jefe: “¿Podrías hacer una necrológica de 75 líneas sobre Fulano?” (75 líneas equivalían a 5′; en la radio, 15 líneas de 60 pulsaciones significan 1′). La de Cortázar me costó Dios y ayuda sacarla adelante, mientras lloraba por dentro.
Con las efemérides es distinto. Lo sucedido ya sucedió hace tiempo, y en ese sentido me ha extrañado que este octubre hayan pasado cuatro sin pena ni gloria por el sector de la prensa especializado en la materia.
El 15/10/1923 se cumplieron 100 años del nacimiento del grande Italo Calvino (por cierto, que lo hizo en un suburbio de La Habana), uno de los mejores autores italianos, europeos, de todos los tiempos, y a quien se deben obras imperecederas como El barón rampante, La especulación inmobiliaria y Si una noche de invierno un viajero…
El 16/10/1783, un día después, pero 130 años antes, la cabeza de María Antonieta rodó al pie de la guillotina, en París, siendo esta la primera ejecución de una reina desde 1587, cuando decapitaron a María Estuardo. Sólo que la muerte de María
Estuardo tuvo lugar en el patio de un palacio y en presencia, a lo sumo, de unos cien cortesanos y centinelas, mientras que la de María Antioneta fue una especie de orgía pública, con la ex reina llevada desde su cautiverio al cadalso en medio de una plebe que la insultaba y se reía de ella, y que aplaudió cuando cayó la hoja sesgada de la guillotina y acabó con su vida joven y alocada.
El 16/10/1973, el mismo día pero 190 años después, en Yonkers, un suburbio de
Nueva York, y víctima de la leucemia, moría Gene Krupa, considerado de modo unánime como el baterista de jazz más importante del pasado siglo. Bastaría con recordar su prodigiosa performance en el Concierto de Benny Goodman, 1938, en el Carnegie Center neoyorquino: pinchar aquí.
Y por último el 18/10/1898 se cumplieron 125 años del nacimiento de Lotte Lenya, figura emblemática de la escena alemana, del kabarett alemán, con quien Kurt Weill compartió 26 años de vida, 24 de ellos en un feliz matrimonio del que dan testimonio las 393 cartas que se intercambiaron los esposos. Las publicó hace años la editorial alemana de Heinrich Böll y García Márquez, en un volumen precioso, una de las joyas de mi biblioteca. Además, en 1963, Lotte Lenya daría vida a la inolvidable malvada Rosa Klebb de Desde Rusia con amor, la peli de James Bond.
Dos nacimientos. Dos muertes. Cuatro fechas para el recuerdo emocionado.
Confieso ser un cronista de efemérides y un condenado a las necrologías: en todas las redacciones por las que pasé, cada vez que moría alguien eminente de la Literatura o las Bellas Artes, el cable iba a parar indefectiblemente a mi mesa con una nota del redactor–jefe: “¿Podrías hacer una necrológica de 75 líneas sobre Fulano?” (75 líneas equivalían a 5′; en la radio, 15 líneas de 60 pulsaciones significan 1′). La de Cortázar me costó Dios y ayuda sacarla adelante, mientras lloraba por dentro.
Con las efemérides es distinto. Lo sucedido ya sucedió hace tiempo, y en ese sentido me ha extrañado que este octubre hayan pasado cuatro sin pena ni gloria por el sector de la prensa especializado en la materia.
El 15/10/1923 se cumplieron 100 años del nacimiento del grande Italo Calvino (por cierto, que lo hizo en un suburbio de La Habana), uno de los mejores autores italianos, europeos, de todos los tiempos, y a quien se deben obras imperecederas como El barón rampante, La especulación inmobiliaria y Si una noche de invierno un viajero…
El 16/10/1783, un día después, pero 130 años antes, la cabeza de María Antonieta rodó al pie de la guillotina, en París, siendo esta la primera ejecución de una reina desde 1587, cuando decapitaron a María Estuardo. Sólo que la muerte de María
Estuardo tuvo lugar en el patio de un palacio y en presencia, a lo sumo, de unos cien cortesanos y centinelas, mientras que la de María Antioneta fue una especie de orgía pública, con la ex reina llevada desde su cautiverio al cadalso en medio de una plebe que la insultaba y se reía de ella, y que aplaudió cuando cayó la hoja sesgada de la guillotina y acabó con su vida joven y alocada.
El 16/10/1973, el mismo día pero 190 años después, en Yonkers, un suburbio de
Nueva York, y víctima de la leucemia, moría Gene Krupa, considerado de modo unánime como el baterista de jazz más importante del pasado siglo. Bastaría con recordar su prodigiosa performance en el Concierto de Benny Goodman, 1938, en el Carnegie Center neoyorquino: pinchar aquí.
Y por último el 18/10/1898 se cumplieron 125 años del nacimiento de Lotte Lenya, figura emblemática de la escena alemana, del kabarett alemán, con quien Kurt Weill compartió 26 años de vida, 24 de ellos en un feliz matrimonio del que dan testimonio las 393 cartas que se intercambiaron los esposos. Las publicó hace años la editorial alemana de Heinrich Böll y García Márquez, en un volumen precioso, una de las joyas de mi biblioteca. Además, en 1963, Lotte Lenya daría vida a la inolvidable malvada Rosa Klebb de Desde Rusia con amor, la peli de James Bond.
Dos nacimientos. Dos muertes. Cuatro fechas para el recuerdo emocionado.