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Del futbol a la Patria

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Roberto J. Camacho
17 de octubre de 2009 - 04:58 a. m.
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La eliminación de la selección Colombia de la competencia por los cupos que otorgó la Fifa a Suramérica en el próximo mundial es una clara muestra de cuál es el destino de los propósitos que no tiene proyecto, constancia y coherencia.

Aun cuando en materia de futbol y política muchos colombianos  consideramos ser expertos, no puedo dejar señalar que desde que tengo memoria, las salidas internacionales de nuestra selección siempre transitan con mucha rapidez dentro de tres estados que ya parecieran ser naturales, parten de la ilusión o la euforia y pasan con rapidez al desenfado, haciendo todas las veces escala en la angustia.

Nuestras actuaciones con el balompié patrio siempre son antecedidas por convocatorias de última hora, inestabilidad en los esquemas, cambios frecuentes de dirección técnica, pero sobre por ausencia de una visión estructurada y de largo plazo, a la que se le hubiere apostado y ofrecido dedicación en construir.

Lo que nos pasa en el fútbol, puede ser ejemplo para aquello que puede estarnos sucediendo como Nación, en donde nuestra visión “cortoplacista” nos ha llevado con permanente frecuencia a la búsqueda de toma de decisiones basadas en situaciones de coyuntura;  de acuerdo a ello elevamos hasta el cielo o enterramos en el inframundo a los protagonistas de sucesos que nuestra inestabilidad nacional produce. Nuestro anhelo o búsqueda de sorpresa, hace que seamos víctimas permanentes de los promotores del camino fácil al éxito, de aquellos que prefieren ilusionar para no tener que construir.

Nuestro país necesita la decisión para dirigirse con firmeza hacia aquel propósito de país que anhelamos sin dudar, con dedicación y consistencia y sin detenrse a revisar permanentemente sus bases, su marcos, sus lineamientos o lo que para este caso es lo mismo,  la Constitución y las Leyes. Debemos renunciar a la búsqueda de la sorpresa o el favor divino.

Si dejáramos de pretender encontrar la “Virgen” o los santos en cada momento y creyéramos más en el trabajo duro y de largo plazo, no solo podrían estar ausentes de nuestras dificultades las pirámides, el narcotráfico, la corrupción, sino que sería viable una selección Colombia que logre clasificación a los mundiales y que además los gane.

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