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Es bueno que los medios estén atentos a la elaboración por la Corte Suprema de la terna para el reemplazo del magistrado Reyes en la Corte Constitucional. Sin embargo, el informe sobre el tema de la periodista Darcy Quinn el pasado jueves en la FM es una vergüenza: cinco minutos de errores y sesgos. Señalo los más evidentes.
Primero, Quinn afirma que la Corte está dividida entre cinco petristas y cuatro de la oposición. Es falso. La Corte no funciona en bloques. Entre 2023 y 2024, 70 % de los fallos de sala plena fueron unánimes y sólo menos del 3 % tuvieron una división 5 contra 4. La unanimidad se logra incluso en temas sensibles. Dos ejemplos recientes: fueron unánimes tanto la decisión (favorable al Gobierno) que salvó la reforma pensional como la Sentencia C-244/25 (desfavorable al Gobierno) que tumbó el artículo sobre valorización del Plan de Desarrollo. Aunque los magistrados tienen tendencias filosóficas que inciden en sus decisiones, afortunadamente no hemos tenido ni tenemos una Corte dividida partidariamente.
Segundo, Quinn califica de petristas a Vladimir Fernández y a Héctor Carvajal, una tesis plausible por la cercanía al presidente de estos dos magistrados, que deberán demostrar su independencia. Sin embargo, Quinn incluye entre los supuestos petristas a Miguel Polo, Natalia Ángel y Juan Carlos Cortés. Esto también es falso. Un estudio detallado de La Silla Vacía mostró que estos magistrados han votado a veces favorablemente al Gobierno y a veces en contra, porque deciden (como corresponde a un buen juez) según los méritos del caso. Además, para sustentar su tesis, Quinn dice que Polo fue ternado por el presidente. Otro error pues fue ternado por el Consejo de Estado.
Tercero, y tal vez lo más grave, Quinn dice que la Corte Suprema anda de cacería de “petristas camuflados” en la lista de aspirantes a llegar a la Corte Constitucional y señala como petristas a dos constitucionalistas con una amplia trayectoria académica, con el obvio propósito de estigmatizarlas para que no sean ternadas.
Quinn califica de esa manera a la profesora Gloria Lopera con un solo argumento: que fue nombrada en el “Consejo de Política Criminal” por el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre. Esto es un triple error: i) Lopera no fue parte del Consejo de Política Criminal sino de la Comisión Asesora de Política Criminal, que son entidades muy distintas; ii) Quinn ignora que la comisión asesora es independiente y sus integrantes no son nombrados por su cercanía al Gobierno, sino por sus calidades académicas. Y también iii) ignora que Lopera no fue designada por Montealegre en esa comisión asesora, sino que declinó de seguir haciendo parte de ella precisamente a la llegada de Montealegre, como fue informado hace menos de un mes por, entre otros medios, la propia FM.
Quinn también califica de petrista camuflada a Floralba Padrón, la directora del Instituto de Estudios Constitucionales del Externado. Su argumento: que en una entrevista con Cecilia Orozco en este diario, Padrón habría defendido el decretazo del Gobierno sobre la consulta popular. Se nota que Quinn ni siquiera leyó esa entrevista, pues habría constatado que no sólo no hay ninguna defensa del decretazo, sino que la profesora critica abiertamente la tesis del Gobierno sobre la convocatoria de una constituyente en las elecciones de marzo.
El control por los grandes medios a los procesos de selección de integrantes de altas cortes es clave, pero debe ser un periodismo de calidad. No en la forma irresponsable y superficial de Quinn, quien le debe una rectificación y una disculpa a la Corte Suprema, que no creo que ande en cacería sino en un proceso riguroso de selección; y a las profesoras Lopera y Padrón, pues la supuesta aclaración de Quinn en su informe del viernes es desastrosa.
(Por transparencia, aclaro que conozco personalmente y respeto de manera profunda a las profesoras Lopera y Padrón).
* Investigador de Dejusticia y profesor de la Universidad Nacional.
