La Navidad es un buen momento para recordar a personas que alimentan la esperanza de que un mundo mejor es aún posible. En esta columna expreso entonces mi gratitud a dos mujeres admirables y esperanzadoras fallecidas este año: María Victoria Calle, exmagistrada de la Corte Constitucional entre 2009 y 2017, y Yanette Bautista, una mujer buscadora que dedicó su vida a combatir la desaparición forzada.
María Victoria Calle no era una experta constitucionalista cuando fue electa para la Corte en 2009 a partir de una terna del entonces presidente Álvaro Uribe. Algunos pensaron entonces que iba ser una magistrada poco rigurosa y complaciente con el uribismo. Una equivocación mayúscula: Calle fue todo lo contrario, como lo recordó el colega Sebastián Ceballos, uno de sus magistrados auxiliares, en un bello artículo en La Silla Vacía.
Calle ejerció esa suerte de “deber de ingratitud” que deben tener los magistrados hacia quienes los eligieron, pues de no ser así, ¿en qué quedaría su independencia? Ella lo demostró en muchas oportunidades, pero en especial siendo uno de los votos decisivos para que la Corte sepultara la posibilidad de una segunda reelección de Uribe. Una decisión valiente que le costó porque fue atacada por personas que hasta ese momento le eran cercanas. Pero eso no fue todo: Calle reconoció que al llegar a la Corte no era una experta constitucionalista y por eso, no sólo se consagró a estudiar intensamente la teoría constitucional y la jurisprudencia de la Corte, sino que, además, mantuvo al excepcional equipo de asesores que tenía el magistrado a quien reemplazó. Esto, sumado a su carácter recio, su independencia y su agudo sentido jurídico y de la equidad, hicieron de ella una magistrada excepcional, tanto por sus posiciones como por el rigor de sus ponencias. Gracias a eso fue clave en la consolidación de los avances democráticos logrados hasta ese momento por la Corte.
Nydia Érika Bautista, hermana de Yanette, fue una militante del M-19 que fue detenida y desaparecida en 1987 por integrantes de la Brigada XX del Ejército. Desde ese momento, Yanette empezó no sólo a buscar incansablemente a su hermana, sino que se vinculó activamente al naciente movimiento de víctimas, en especial de mujeres, que combatían la desaparición forzada y buscaban a sus familiares. Esto la llevó a crear la Fundación Nydia Érika Bautista en 1999 con el fin de seguir reclamando justicia para su hermana y, además, ayudar a otras mujeres que buscaban a sus desaparecidos. A pesar de los enormes riesgos y amenazas que la obligaron a exiliarse por un tiempo, Yanette siguió hasta su muerte, por más de treinta años, apoyando a las mujeres buscadoras. Jugó así un papel muy importante en algunos de los avances más significativos en la lucha contra ese crimen atroz que es la desaparición forzada, como la reciente aprobación de la Ley 2364, que reconoce y protege el trabajo de las mujeres buscadoras. En 2023, por toda su larga trayectoria, Yanette fue merecedora del reconocimiento “A toda una vida” del prestigioso Premio Nacional de Derechos Humanos.
No fui amigo cercano de Yanette Bautista ni de María Victoria Calle, pero tuve la fortuna de conocerlas y tratarlas en varias oportunidades. Estoy convencido de que, además de sus virtudes públicas, ambas fueron mujeres excepcionales e irrepetibles. Pero cada de una ellas representa también a otras mujeres, menos conocidas públicamente, pero que realizan labores semejantes y admirables. Este homenaje a Calle y a Bautista quiere ser también un homenaje a la labor tenaz e incansable de todas las mujeres buscadoras (porque casi siempre son mujeres quienes titánicamente se esfuerzan por encontrar a los desaparecidos) y un reconocimiento a todas aquellas mujeres que ejercen, en forma independiente, honesta y valiente, la tan complicada labor judicial en Colombia.
* Investigador de Dejusticia y profesor de la Universidad Nacional.