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¿Un gobierno “saádico”?

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Rodrigo Uprimny
10 de agosto de 2025 - 05:07 a. m.
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Una de las peores decepciones con este gobierno, en especial para quienes sin ser petristas votamos por Petro porque compartimos muchas de sus propuestas de cambio, es que su actual jefe de gabinete sea el autodenominado pastor Alfredo Saade. Que un personaje con esa trayectoria sea el superministro y, en cierta forma, el vocero de un gobierno de izquierda es ya muy triste; pero aún más alarmante es que Saade haya hecho, en el pasado pero también como parte de este gobierno, declaraciones muy preocupantes, en que sádicamente parece gozar al poner a sufrir a los demócratas de Colombia. Como son tantas sus declaraciones, en esta columna me concentro en recordar las tres más perturbadoras.

Primero, en mayo del año pasado, Saade le dijo a Petro: “Presidente, escuche a su pueblo, cierre el Congreso de la República”. Sobra cualquier comentario sobre este radical desconocimiento de la separación de poderes.

Segundo, ya como jefe de gabinete, Saade dijo: “firmamos un acuerdo, con un Gobierno legítimamente establecido en Venezuela, que lo decidió el pueblo de Venezuela”. Y agregó que “Venezuela está bien y está pasando por un gran momento”. Saade no sólo desconoce el monumental fraude electoral de Maduro sino las gravísimas violaciones a los derechos humanos cometidas por ese régimen. Y una cosa es que el gobierno de Petro mantenga relaciones diplomáticas con Maduro, que es pragmáticamente necesario; y otra muy distinta que un alto funcionario de su gobierno legitime el fraude electoral y los atropellos de esa dictadura.

Tercero, su coqueteo con las estrategias de perpetuación en el poder de Petro, que obviamente desconoce la Constitución. La última versión de ese flirteo fue su elogio a los logros autoritarios de Bukele en El Salvador quien, luego de hacerse reelegir, violando una clara prohibición constitucional, logró la semana pasada una reforma exprés que amplía el período presidencial y establece la reelección indefinida. Y Saade trinó: “lo mismo pasará en Colombia, qué bien”. Y en otro trino agregó, invocando ese ejemplo salvadoreño, que a Petro “se le debería ampliar de manera inmediata el periodo a seis años y sacar adelante la constituyente para lograr que su repostulación sea una realidad y que el pueblo decida si quiere reelegirlo”. Obviamente, a cualquier demócrata, en especial si es de izquierda, debe preocuparle ese elogio del jefe de gabinete de Petro a este giro autoritario bukelista.

Frente a esas declaraciones, no es suficiente que Saade haya agregado, en su entrevista en este diario, que el “país puede tener tranquilidad de que habrá elecciones”. Esto no tranquiliza por cuanto Saade, junto con otros ministros creativos, han expresado que, en las elecciones de marzo, invocando el poder popular, propondrían una “octava papeleta” para convocar una constituyente por fuera de los marcos previstos en nuestra constitución y que, entonces, sería soberana y podría hacer cualquier cosa.

Algunos podrían considerar que estoy armando una tormenta en un vaso de agua ya que esas declaraciones serían simples exageraciones de un loquito. Pero no es así: Saade es jefe de gabinete y sus declaraciones no han sido rechazadas radicalmente por el presidente ni en general por su coalición gubernamental, salvo algunas pocas excepciones. Ese silencio indicaría que el presidente y su coalición aprobarían las declaraciones y los propósitos del jefe de gabinete, por lo cual tiene sentido preguntarse: ¿estamos aún frente al gobierno del cambio o frente a un gobierno “saádico”? La respuesta a este interrogante la puede dar el presidente Petro: le basta aclarar y reiterar que las elecciones del año entrante se desarrollarán conforme a la Constitución y que cualquier convocatoria a una constituyente se realizaría según los procedimientos formales previstos en nuestro ordenamiento jurídico.

* Investigador de Dejusticia y profesor Universidad Nacional.

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