Las tensiones políticas de las últimas semanas pueden generarnos una sensación de grave crisis institucional. Y es cierto que hay razones para preocuparse, pero es posible y necesaria una lectura complementaria: en estos meses, e incluso en estas difíciles semanas, nuestra democracia constitucional, a pesar de sus defectos, ha mostrado claras fortalezas institucionales. Veámoslo.
Por primera vez en muchas décadas fue electo un presidente de izquierda. Su victoria fue clara pero estrecha. La derecha, que estaba en el poder, aceptó la derrota y hubo una transición, que fue no solo pacífica, sino incluso ejemplar, cuando uno la...
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