En su reciente intervención en la asamblea de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, afirmó el presidente Gustavo Petro que no existía demanda global por carbón. Aseveró que Colombia está ante un modelo basado en carbón y petróleo “que no se va a reponer después de 50 años de vigencia en que el país dejó de ser cafetero y rural”.
Sin embargo, datos suministrados por la agencia Reuters muestran que la electricidad generada por el carbón a nivel global se incrementó en lo que va del 2024 un 2 % comparado con la del año pasado; así alcanzó nuevos picos en la medida en que la demanda de energía aumenta en los mercados emergentes, tanto en China como en la India.
El presidente Petro aseguró, además, que el crecimiento del 2 % del Producto Interno Bruto en 2024, después de una caída sostenida por el Covid, “muestra la caída de un modelo de desarrollo económico sustentado en el carbón y el petróleo”. Pero no: un crecimiento tan pequeño lo que muestra es un desempeño mediocre de la economía, prácticamente vegetativo, porque la inversión privada está frenada, en parte por las erráticas políticas públicas y porque las perspectivas de rentabilidad están ensombrecidas.
Agregó el presidente que en el pasado “esos excedentes permitieron construir trenes que no llegan a Bogotá ni a Medellín sino que están en el norte del país (...) Son muy modernos, son automáticos, son eléctricos, no son públicos, son privados, y tuvimos el desarrollo de unos puertos muy enfocados a exportar carbón, petróleo y a importar de todo; tuvimos unas vías 4G, 5G”. Olvidó el presidente la endiablada geografía nacional, cruzada por tres cordilleras.
Agregó Petro que “la economía capitalista ha vivido de los fósiles, que son animales muertos. Y la pregunta es: ¿hasta cuándo el capitalismo podrá seguir viviendo de muertos?”. Seguramente podrá seguir viviendo menos de los muertos siniestros y más de la energía solar, eólica, nuclear y un uso más eficiente de la termo e hidroeléctricas. En todo caso, no hay que subestimarlo. Se podría agregar que el capitalismo se está desarrollando con fuerza desde el siglo XIX y arreció en el XX y en el cuarto del XXI que llevamos. Además, enterró al socialismo que había prometido enterrarlo a su vez.
Se refirió Petro al crecimiento de la agricultura, de más del 10 % según el DANE. Es una tasa china de crecimiento que Colombia hace muchísimo no gozaba en una rama productiva bastante abandonada hace más o menos 34 años, como es la agricultura. El crecimiento de precios de los alimentos fue de 2,6 % lo que es incongruente con el dato de crecimiento, pues debieron caer. Existen serias dudas sobre las cifras del DANE, en particular su opacidad al no publicar la metodología con que hace sus cálculos, lo que imposibilita replicarlos y comprobarlos.
“Si nos cimentamos sobre un modelo productivo, no sobre extraer las rentas de carbón y petróleo, sino sobre agricultura, industria no fósil, entonces, ¿qué infraestructura necesitamos ahora? Lo que está creciendo es la agricultura al 10,6 % y la industria, no directamente fósil, del 4 al 5 % y el turismo al 9,6 %”, afirmó.
La producción total de carbón en 2023 fue de 53,9 millones de toneladas, lo que representa una disminución del 5,1 % en comparación con 2022. El valor alcanzó a más de US$7,020 millones, un 14 % del total de las exportaciones del país, algo que no debe subestimar el gobierno.
Petro aspira a encontrar el santo grial o un nuevo cuerno de la abundancia: “este año esperamos, todavía falta un mes, 10 mil millones de dólares de divisas provenientes del turismo extranjero en Colombia, y ya el carbón no nos da, está cerca de 5 mil a 6 mil millones de dólares, cuando llegó a ser una de las principales entradas del país. Esto lo sinteticé alguna vez en una forma de comunicación en que el país dejó de ser carbonero”, añadió. Para el mandatario, con este nuevo modelo económico creciente “necesitamos una infraestructura para ese modelo (sic) de desarrollo económico”.
