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El comportamiento de la economía durante la era Petro ha sido pobre. Tras el rebote post pandemia de 2022, que alcanzó más de 7 %, el crecimiento fue de solo 0,7 % en 2023 y en 2024 obtuvo 1,7 %. La población, entre tanto, creció 1,1 % en 2023, o sea que la mejora del ingreso por habitante fue de solo 0,6 %. Se espera que en 2025 la economía mejore su desempeño y crezca 2,6 %.
La intervención del Estado en la economía ha sido discreta por la inestabilidad en los nombramientos de ministros de Hacienda que no han tenido tiempo ni equipo para poder hacer buenas políticas contracíclicas o dirigir la inversión pública hacia metas ambiciosas. En efecto, el ministro más preparado fue José Antonio Ocampo, que solo alcanzó a estar seis meses en el cargo, para ser sucedido por un opaco Ricardo Bonilla, tocado por líos de corrupción, quien a su vez fue sustituido por Diego Guevara. Guevara ostenta un título de ingeniero mecatrónico (que combina conocimientos de mecánica, electrónica, informática y sistemas de control), además de doctorado en economía de la misma Universidad Nacional, y ha sido profesor visitante en Alemania y consultor de la Agencia Francesa para el Desarrollo.
El DANE reportó las cifras de crecimiento para el año 2024 que, como se vio, tuvo un mediocre 1,7 % para el total de actividades. Algunas de estas tienen un buen desempeño como las agropecuarias con un crecimiento de 8,2 %, en el que juegan factores climáticos y de inversiones previas, sin mucha presencia del Estado en su gestión. Asimismo, el sector de entretenimiento también superó el 8 %, destacándose el subsector de apuestas y juegos de azar, lo que no contribuye obviamente a una forma saludable de crecimiento. Se trata de gente aburrida que dilapida sus ahorros apostando con la esperanza de que la suerte los favorezca, lo que matemáticamente es difícil. El café tuvo un crecimiento extraordinario de 22,5 %, explicado por buenos precios internacionales, lo cual se irriga a gran parte de la región andina del país.
Los lunares en el crecimiento fueron la minería, que cayó 5,2 %, explicado por la caída en la producción de petróleo que había crecido 2,6% en 2023; el carbón cayó más de 13 %; la producción de petróleo y gas cayó 0,7 %, sectores que no contaron con el apoyo del gobierno Petro, quien más bien mostró hostilidad hacia los mismos. Entre tanto, la industria mostró un deterioro de -2,1 % que complica una caída adicional de 2,7 % en 2023. Según el DANE, “resaltan las bajas en las actividades industriales asociadas a las industrias extractivas, que decrecieron 3,6 %. Por el lado de los textiles también se vio una caída de 3,2 %”. La consigna del gobierno de reindustrializar al país termina siendo en la práctica lo contrario: algo más de desindustrialización.
La inflación que había alcanzado 9,3 % en 2023 se redujo al 5,2 % en el mes de enero de 2025, gracias a una política monetaria muy restrictiva del Banco de la República que mantuvo tasa de interés de intervención de 9,5 %, monto que representa 4,5 % real (por encima de la inflación) que es asfixiante y contribuye a explicar el pobre crecimiento de la economía en 2024. El comunicado del 5 de febrero de 2025 de la Junta Directiva del Banco de la República decidió mantener la tasa de interés de política monetaria en 9,5 %, a pesar de la fuerte corrección que mostró la inflación. Como se conoce, la política monetaria del Banco de la República tiene como objetivo llevar la inflación hacia su meta de 3 %, asumiendo el sacrificio del crecimiento mientras los precios se estabilizan por lo bajo. El término en inglés para tal política es “overkill” que se puede traducir como “rematar” la economía.
