La religión no paga impuestos, pero factura billones*

Se calcula que las iglesias cristianas cuentan con un patrimonio líquido de $19 billones, casi 2 % del PIB colombiano. El patrimonio incluye bienes raíces, cuentas bancarias, inversiones y otras fuentes de riqueza. Algunas iglesias cristianas cobran el diezmo a sus feligreses, o sea un 10 % de sus ingresos corrientes. La Iglesia católica, por su parte, no comparte información alguna sobre sus finanzas y patrimonio.

Las instituciones religiosas están exentas de pagar impuestos. Otra ventaja que los cobija es que las donaciones que hagan los fieles pueden ser deducidas de la carga impositiva del fiel, o sea que reciben indirectamente fondos públicos adicionales. Por ello, las iglesias están obligadas a presentar su declaración de ingresos, gastos y patrimonio ante la DIAN, debiendo ser transparentes en la gestión de sus recursos. La justificación de este tratamiento se debe a que realizan labores sociales, como atender emergencias de fieles, asistir a los enfermos, contar con fundaciones que atienden niños, ancianos y personas de la calle que canalizan ayudas que recaudan entre sus feligreses.

No hay una vigilancia estricta sobre las actividades de las iglesias, lo cual se presta a desvíos y apropiaciones indebidas a favor de los oficiantes. Eso se hace evidente en la majestad y opulencia de algunas edificaciones religiosas de ciertas comunidades.

Según el estatuto tributario, “no son contribuyentes del impuesto sobre la renta los sindicatos, las asociaciones gremiales, los fondos de empleados, los fondos mutuos de inversión, las iglesias y confesiones religiosas reconocidas por el Ministerio del Interior o por la ley, (así como) los partidos o movimientos políticos aprobados por el Consejo Nacional Electoral”. La DIAN queda empoderada para ejercer la fiscalización sobre estas entidades.

El Estado colombiano y la Iglesia católica siempre han tenido un vínculo político y social fuerte, pues cerca de un 80 % de su población se considera católica, aunque hay muchos menos practicantes. Esto sucede a pesar de que contamos con un Estado laico desde la Constitución de 1991.

Según El Espectador del 4 de febrero de 2025, “aunque hay iglesias que tienen negocios millonarios por fuera de la fe (…) hasta la fecha su única responsabilidad sigue siendo la de declarar ingresos y patrimonio, pero no tributar renta ante la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN)”. Las iglesias tampoco pagan impuestos municipales y ninguna de sus actividades se encuentra gravada con el IVA. La DIAN reveló en 2017 que el patrimonio bruto que declararon las más de 8.000 asociaciones religiosas alcanzó $14,4 billones y reportaron ingresos brutos por un valor de $5,4 billones. La representante Katherine Miranda propuso que las iglesias comenzaran a pagar un impuesto sobre la renta del 20 %, con lo cual se podría generar un recaudo de $1.8 billones, algo que no fructificó.

La iglesia católica siempre ha disfrutado de la exención de tributos: no paga el impuesto al patrimonio ni el de valor agregado, lo que fuera confirmado en 1973, cuando se realizó el Concordato entre el Estado colombiano y el Vaticano. Igualmente, las instituciones religiosas en general no pagan impuestos, lo cual ha propiciado su rápido crecimiento. En 2020 se constituyeron 434 iglesias y, en los últimos tres años, 1.258. Existen hoy 7.000 iglesias registradas, cuyo patrimonio suma más de diez billones de pesos; de ellas, 145 reportan ingresos anuales superiores a los cuatro mil millones de pesos. Claro que todas las iglesias deben pagar impuestos que compensen por el usufructo de los bienes públicos de que disponen.

*Información tomada de Leidy Ramírez Parra. “Carga tributaria en las iglesias y cultos religiosos en Colombia”, Universidad Santo Tomás, Sede Villavicencio, 2022