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Política monetaria e inflación

Salomón Kalmanovitz
06 de febrero de 2023 - 02:05 a. m.

La inflación se ha recrudecido en Colombia. La cifra con que se cerró 2022 fue de más de 13,1 %, 7,5 % mayor que la reportada el año anterior. Una de sus causas fue el fuerte crecimiento de la economía, de 8 %, que ciertamente refleja un exceso de demanda, pero también una fuerte devaluación del peso.

Parte de la inflación fue importada. Estados Unidos, nuestro mayor socio comercial, reportó una elevación de sus precios de 6,5 %. La variación mensual del índice de precios al consumo en ese país para diciembre fue del -0,3 %, que corrigió la tendencia alcista. De todas maneras, la inflación acumulada en 2022 fue preocupante. El Banco de la Reserva Federal subió su tasa de interés en solo 0,25 % en su última sesión, cuando en el pasado hacía ajustes tres veces mayores. Daba así la señal de que si el índice de enero se comporta de manera similar, dejará de apretar su política monetaria y eso representará un respiro para el mundo.

El comunicado del banco central de Estados Unidos expresa que “indicadores recientes apuntan a un crecimiento modesto del gasto y de la producción. Los aumentos del empleo han sido robustos en los meses recientes y la tasa de desempleo se ha mantenido reducida. La inflación se ha moderado en algo, pero permanece alta”. Se mencionan también los impactos negativos que ha tenido la invasión de Rusia a Ucrania: ha causado “un enorme sufrimiento humano y económico a su población y está contribuyendo a crear una gran incertidumbre global”. Esto obliga a mantener una actitud vigilante sobre el curso de la inflación y asegurarse de que va en la dirección de alcanzar la meta del 2 % anual. Mientras tanto, otra parte de la política monetaria que afloja es la venta de bonos al público y a las empresas para que ahorren en vez de gastar, que es otra manera de atacar la inflación al reducir la cantidad de dinero en circulación.

En Colombia el precio de los alimentos ha sido el impulso principal de la inflación de 2022, pues su aumento fue de casi 28 %, mientras que restaurantes y hoteles subieron el 18,5 %. Aunque fue un año de mucha lluvia durante casi 8 meses y generalmente esta facilita mejores cosechas y precios bajos, eso obviamente no sucedió.

La Junta del Banco de la República de enero de 2023 se mostró preocupada por las tendencias tanto de la inflación total como de un índice que llama inflación básica que excluye los elementos más volátiles de la canasta familiar (alimentos y también precios regulados por el Gobierno) y que refleja mejor las tendencias subyacentes de los precios de la economía. Así mismo consultó la encuesta de expectativas de la gente sobre la inflación futura y la encontró igualmente perturbadora, muy alejada de la meta de inflación que es del 3 %. El precio del dólar está alrededor de $4.700, comparado con los $5.000 alcanzados en noviembre pasado, lo que reduce la presión inflacionaria.

La reforma impositiva debe proveer recursos nuevos que el Gobierno podrá gastar sin afectar la inflación, pero para eso deberá esperar a que lleguen las fechas del calendario tributario, evitando de esta manera propiciar presiones inflacionarias adicionales a las existentes.

Es extraño que la Junta Directiva del Banco de la República esté subiendo abruptamente sus tasas de interés, al mismo tiempo que proyecta un crecimiento muy débil de la economía en este año de solo 0,2 %, consistente con una baja presión de demanda sobre los precios.

 

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