LOS RESULTADOS FISCALES DE 2008 fueron desastrosos. Sin embargo, el Presidente y el Ministro de Hacienda se declararon satisfechos con la disciplina fiscal exhibida a lo largo del año.
El déficit del gobierno central bajó más un punto del PIB (de -3,5% a -2,3%), financiado en gran parte con una enorme contracción del gasto de municipios y departamentos, reflejada en un superávit de 2,4% del PIB.
Las administraciones territoriales tienen a su disposición alrededor del 10% del PIB por impuestos propios y transferencias del Gobierno nacional, de tal modo que éste los obligó a recortar, léase bien, una cuarta parte de sus gastos sanamente financiados. Tuvieron que comprar TES para financiar a papá gobierno central, en vez de invertir en educación, salud y vías. Por lo demás, en cientos de consejos comunitarios el Presidente los instruía en gastar lo poco que les quedaba en lo que le pareciera al mandatario, al calor de las intervenciones del público seleccionado. De lo que se trata en el fondo es de la destrucción de la descentralización política, cercenando la voluntad de los entes territoriales.
En un año en que se desaceleró la actividad económica, de un crecimiento del 7,9% en 2007 a cerca del 3%, el Gobierno central, y especialmente las administraciones territoriales, hicieron contracción de sus gastos, algo que debió contribuir al descenso de la actividad económica. Es triste que el equipo económico del Gobierno no conozca los rudimentos de las políticas contracíclicas que pueden aliviar las fases recesivas por las que atraviesa la economía.
Al Banco de la República, los del Gobierno le estuvieron dando madera porque subía las tasas de interés en la expansión económica, mientras ahí sí gastaba más de lo debido, provocando inflación y haciendo menos sostenible el crecimiento. Ahora en la cuesta abajo se le ocurren políticas contractivas, mientras que la autoridad monetaria se puede dar el lujo de reducir sus tipos de interés y aliviar las condiciones crediticias de la economía.
¿Cómo se va a financiar el gasto del Gobierno durante este año y en 2010? ¿Tendrá la calidad y la oportunidad para contrarrestar la caída libre en la que está la economía? Pues habrá algo de endeudamiento externo con las multilaterales (BID, Banco Mundial, CAF) y mucha emisión de TES, donde la creciente emisión primaria del banco central contribuye a que los bancos y los inversionistas cuenten con la liquidez requerida para adquirir los títulos del Gobierno. Pero no será suficiente.
El Gobierno estuvo concediendo unas exenciones de impuestos a las empresas que no tenían ningún sentido en su momento y que menos lo tienen ahora. No tenía razón de ser una exención de 40% a unos bienes de capital abaratados suficientemente por la revaluación del peso, y mucho menos estar decretando resoluciones a dedo para volver una empresa cualquiera zona franca, en la que se le reduce la tributación al 15% de sus utilidades. El costo para el fisco el año pasado fue de $5,7 billones, 1,2% del PIB y cerca del 6% del recaudo total. Ese despilfarro de recursos públicos, que además disparó la desigualdad entre ricos y pobres, se debe recuperar para gastarlo en carreteras, puentes y educación y así compensar la caída de la actividad, pero además aumentará la productividad de la economía hacia el futuro y, sobre todo, incrementará el empleo.
*Decano de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.