La incertidumbre se ha vuelto parte de nuestra cotidianidad. Vemos cómo la magnitud de los problemas se retroalimenta con la fragilidad y la volatilidad de las decisiones de los gobiernos, tanto nacionales como locales. Entonces surge una pregunta inevitable: ¿cómo seguimos sosteniendo lo cotidiano y enfrentando los desafíos en los territorios, cuando los gobiernos parecen tener la brújula perdida y, en muchos casos, simplemente no llegan?
Entonces intento buscar pistas en la naturaleza. Cuando muere un gran árbol o hay un incendio, la materia orgánica muerta o calcinada se transforma en nutrientes para los organismos bajo el...
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