El 2020 fue un periodo de grandes tristezas y extraños sobresaltos, de derrotas, rituales nuevos y muy limitadas alegrías. Un año en que debimos aprender a ser personas distintas, un tema muy literario. Por eso quisiera despedirme de él evocando una novela de 1967 que para mí es una de las más grandes escritas en español: Tres tristes tigres, del cubano Guillermo Cabrera Infante. A pesar de haberla leído por primera vez hace al menos 30 años, y luego releído una y otra vez por partes, siempre que llego a La Habana y recibo el golpe de viento marino del Malecón vuelvo a caer en sus páginas, en esa enloquecida noche habanera...
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