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De la mula al avión

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Santiago Montenegro
04 de octubre de 2021 - 04:59 a. m.
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Basado en ideas de Talcott Parsons, el sociólogo alemán Niklas Luhmann planteó su concepto de diferenciación social para explicar la creciente complejidad de las sociedades. Luhmann argumentó que en las sociedades primitivas prevalecía la diferenciación segmentaria entre dominios como tribus, pueblos, comarcas o feudos, dominios que eran fundamentalmente iguales y con diferencias meramente accidentales. Con los Estados absolutistas vino a primar la diferenciación jerárquica o estratificada, cuya característica fundamental fue la diferencia entre estamentos o clases sociales. En el tope de la pirámide social estaban el rey y el papa, más abajo los nobles, el clero, los militares, comerciantes y muy abajo los esclavos. Había igualdad al interior de cada dominio, pero primaban enormes desigualdades de poder y riqueza entre los estamentos. Con la llegada de la modernidad comenzó a primar la diferenciación funcional, donde fueron cada vez más importantes, no las comarcas o los feudos o las clases sociales, sino dominios como la economía, la jurisprudencia, la ciencia, la salud, la cultura, el deporte, además de la política y el Estado, cada uno a su vez dividido en multitud de subdominios o subsistemas. Una consecuencia crucial de la modernidad fue que estos dominios funcionales tenían que ser especializados y por lo tanto desiguales, pero el acceso a sus funciones se tornó crecientemente equitativo con la igualdad ante la ley, con el derecho de ciudadanía, con la libertad personal, con el libre mercado. Así, la modernidad, al transformar radicalmente la concepción de igualdad, hizo posible un extraordinario desarrollo social, incluyendo la democracia representativa liberal.

Por supuesto, hoy no todas las sociedades son semejantes porque preservan en diverso grado formas segmentarias y jerárquicas de diferenciación social. Así, para saber su grado de modernidad es necesario acudir a su historia. Los historiadores profesionales han mostrado que, con el derrumbe del Estado colonial y hasta bien entrado el siglo XX, Colombia fue un país muy fragmentado regionalmente, sin primacía urbana, sin vías de comunicación, con precarios intercambios comerciales, con un precario Estado nacional, incapaz de recaudar impuestos, que solo hasta 1911 logró una frágil conscripción obligatoria en un ejército nacional. Todo esto comenzó a cambiar solo a partir de la segunda o tercera década del siglo XX, con la segunda expansión cafetera, con la expansión de la industria textil y otras industrias, con la incipiente tributación directa, con el fortalecimiento del ejército. Si todo esto es cierto, pasamos directamente de la mula al avión, de ser una sociedad dividida segmentalmente a convertirnos gradualmente en una sociedad dividida funcionalmente. De alguna forma, nos saltamos la etapa de división jerárquica a nivel nacional, proceso de división estamental que fue más claro en Chile y México, países que fueron capaces de consolidar un Estado nacional en el siglo XIX, como lo ha argumentado el profesor David Soifer, de la Universidad de Temple.

Esta historia puede parecer negativa pero también nos dio claros beneficios, porque en medio del atraso desarrollamos una cultura y unos códigos simbólicos contra el militarismo, contra el caudillismo, contra el abuso del poder, de aprecio a la libertad, que nos permitieron gobiernos civilistas, elegidos en procesos electorales, que hicieron un uso limitado del poder. Sin embargo, Colombia sigue siendo un país muy segmentado e informal y el Estado no cuenta aún con el monopolio de la fuerza sobre todo el territorio, una condición esencial para entrar plenamente en la modernidad.

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Lorenzo(2045)05 de octubre de 2021 - 04:31 a. m.
Lejos de solucionar los problemas del subdesarrollo, la escuela neoliberal los agrava al polarizar en forma creciente a los sectores sociales. Alertar al respecto no implica una "sabotaje mamerto" al sistema capitalista ni tampoco a la filosofía liberal, pero sí poner de manifiesto que se trata de una corriente de pensamiento de que sacan ventajas los especuladores, la cual tiene como mérito...
Lorenzo(2045)05 de octubre de 2021 - 04:31 a. m.
...el hacer creer a los observadores (y a los ciudadanos incautos de la década de 1990 que metieron sus ahorros a Fondos Privados) que es la única fórmula viable en el mundo moderno, y que sus principios deben aplicarse urbis et orbis independientemente de las características propias de cada país. Da lo mismo que sea Brasil, México, Argentina, Venezuela o Corea del Sur... Colombia.
Lorenzo(2045)05 de octubre de 2021 - 04:30 a. m.
Diferentes Suecia, Italia, Canadá, Japón o EEU, pero aplican políticas económicas basadas en sus recursos, sus intereses nacionales y en la concepción geopolítica que los caracteriza. Se trata de un problema práctico y no doctrinario. Nadie puede realizar la función del mercado con más eficiencia, ni nadie puede realizar la que compete al Estado en su rol de orientador y árbitro del interes social
Lorenzo(2045)05 de octubre de 2021 - 04:30 a. m.
El día en que se comprenda que las Instituciones de Bretton Woods deben volver a abocarse a las funciones para las cuales fueron creadas en el marco de una verdadera red solidaria internacional, entonces el Neoliberalismo pasará a ser un recuerdo del pasado
Lorenzo(2045)05 de octubre de 2021 - 04:29 a. m.
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