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La necesidad de contextos

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Santiago Montenegro
13 de septiembre de 2021 - 03:00 a. m.
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La comisionada Lucía González, de la Comisión de la Verdad, que dirige el sacerdote Francisco de Roux, ha contado que la entrevista al expresidente Uribe, en su finca de Llano Grande, buscaba una “explicación de los contextos” para saber las razones que revelan hechos como los falsos positivos y analizar qué hay que cambiar para que no vuelvan a suceder. Me parece legítima y necesaria esa búsqueda de los contextos explicativos y, en ese sentido, creo que la Comisión de Verdad haría bien en explorar dos fuentes del pensamiento que sirven para encontrar otros contextos explicativos más generales de las causas de la violencia.

La primera fuente está en la historia de nuestro país. Si no un consenso, se puede decir que existe un amplio acuerdo entre los historiadores, científicos, políticos y sociólogos según el cual en Colombia el Estado ha sido incapaz de proveer unos bienes públicos básicos y, en particular, de tener el monopolio de la fuerza sobre todo el territorio. Las razones son múltiples, pero basta decir que, desde tiempos inmemoriales, en medio de una geografía muy compleja, hemos tenido unas fronteras interiores en movimiento, a las cuales el Estado siempre ha llegado tarde, después de que lo han hecho grupos ilegales de diferente naturaleza, algunos financiados con los inmensos recursos del narcotráfico. En pocas palabras, el Estado no ha existido nunca en muchas partes de nuestro territorio.

Consistente con esta realidad, la segunda fuente de contexto debería ser la filosofía política de pensadores como John Gray, quien ha argumentado que “la primera condición para la protección de los derechos humanos es contar con un Estado moderno eficaz. Sin el poder de hacer cumplir la ley no hay derechos y todo tipo de vida confortable resulta imposible”. Según Gray, en los países donde el Estado moderno no existe, la principal amenaza para los derechos humanos es, más que la tiranía, la anarquía, pues los peores crímenes contra la humanidad los comenten milicias irregulares, organizaciones políticas o carteles criminales.

En su opinión, los pensadores liberales no parecen haber percibido la erosión del Estado en muchas partes del mundo, y afirma que una de las razones que explican la existencia de esta laguna es su legalismo. Para el profesor del London School of Economics, dicho liberalismo legalista considera que el imperio de la ley es un hecho consumado y representa al derecho como una institución autónoma, al ignorar las condiciones políticas que hacen posible ese imperio y al ignorar que las instituciones jurídicas dependen siempre del poder del Estado. Para ser más preciso, Gray afirma que “en una situación de anarquía no hay derechos”. Así, en forma paradójica, la anarquía arroja luz sobre el hecho de que la justicia es un artefacto para la aplicación de la ley y ayuda a explicar que la justicia y los derechos son convenciones que, en última instancia, se apoyan en la fuerza.

La búsqueda de la verdad en Colombia, entonces, hace bien en buscar los contextos que ayudan a explicar hechos puntuales, como los falsos positivos, pero también debería indagar por los contextos más generales que explican las causas de la violencia y la violación de los derechos humanos. Así, debería repasar lo que han escrito los historiadores profesionales y debería preguntar qué tenemos que hacer para que exista un verdadero Estado en todo nuestro territorio.

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