Crece el desempleo en Colombia. La noticia no ha causado gran sorpresa, pues se sabe que el mayor problema para la economía colombiana en este año, y para la del mundo, será el aumento de la tasa de desocupación.
La OIT pronostica la pérdida de 50 millones de puestos de trabajo y los analistas colombianos ya esperaban que la tasa de desempleo en el país estuviera alrededor del 14%. El propio presidente Obama antes de su posesión advirtió que en Estados Unidos el desempleo en su país bordeará el 10%.
Por eso no es un secreto que el reto para el Gobierno será encontrar fórmulas que incentiven la creación de empleo en el país. En ese sentido se debe destacar la expedición del Decreto 525 de 2009 que permite a prácticamente todas las empresas que se creen en el país (solamente las grandes están excluidas, es decir, aquellas de más de 200 trabajadores y de más de 14 mil millones de activos), beneficiarse con sustanciales reducciones en los aportes parafiscales durante sus primeros tres años. Además, como cosa rara, el trámite exigido para acceder a los beneficios es bastante simple. Basta con llenar algunas casillas en el RUT para poder hacer los descuentos automáticamente en el PILA.
Si, como dicen varios expertos, una de las dificultades para crear empleos formales son los altos costos asociados con la nómina, esta figura ataca el problema de fondo. Y, si el negocio funciona, después de tres años la empresa comenzará a pagar la totalidad de los aportes parafiscales y los beneficios de esta medida llegarán incluso al Sena, al ICBF y a las cajas de compensación.
Pero este es un primer paso. Se requieren medidas adicionales: facilitar el cierre de empresas de manera voluntaria, si éstas no despegan en los primeros años. Se debe evitar que los emprendedores que se lanzan a crear a un negocio queden rindiendo cuentas de por vida a la DIAN y llenando papeles para lograr cerrar algún día la compañía. O la adopción de una más audaz, como eliminar el impuesto de renta a las pequeñas empresas durante sus primeros años de existencia. El costo fiscal sería casi nulo, pero el incentivo para crear un nuevo negocio sería fabuloso. Se ha dado un primer paso, pero aún falta camino por recorrer.
