Querido Basquiat

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Sorayda Peguero Isaac
22 de julio de 2023 - 02:05 a. m.
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Tengo un Basquiat colgado en la manija de mi ventana. Es lo primero que veo al entrar en el estudio. Dicho así suena un poco pretencioso, pero les prometo que puedo explicarlo. Lo encontré hace unos días en una tienda japonesa. Jean-Michel Basquiat lleva una camisa tejana y un globo terráqueo apoyado en su hombro derecho. El continente africano queda a la altura de sus ojos. Todas las mañanas entro en la habitación y le digo: “¿No estás cansado de cargar con el peso del mundo?”.

Busco palabras en español en las reproducciones de sus pinturas. “Pelo malo”, “Abuelita”, “Negro”, “Rompe cabeza”, “Campeón”. El español era la primera lengua de su mamá. Basquiat lo hablaba con soltura. También hablaba el francés que le enseñó su papá. Una fotografía que le hizo Christopher Makos está estampada en la camiseta gris que tengo colgada en la ventana. De hecho, Basquiat me observa atentamente mientras escribo esta columna.

Repasando algunos de sus cuadros recordé algo que me dijo Maryse Condé en una entrevista: “Los niños deben conocer el mundo en que viven”. La escritora guadalupense se refería a los niños antillanos que no se ven reflejados en los libros que leen. Por eso, cuando les piden que escriban sobre ellos mismos y la gente que conocen, dicen que sus madres son rubias y que tienen los ojos azules.

Basquiat conocía bien su mundo. Me enternece que distinguiera a sus héroes colocando una corona sobre sus cabezas o junto a sus nombres. Los pintaba con un aura de gloria, sin pasar por alto su desesperación. Quizá fuera su manera de redimirlos de un destino azaroso que la fama y la fortuna no lograban compensar. Una suerte que él mismo compartiría más temprano que tarde.

El beisbolista Hank Aaron no podía hospedarse en los mismos hoteles que sus compañeros. Muhammad Ali y Sugar Ray Robinson vivían con los guantes puestos y en posición de pelea. Basquiat se sentía furioso. Igual que sus héroes coronados. Una noche, en Nueva York, le pidió a una amiga blanca que lo acompañara a esperar un taxi. Sabía que si estaba solo ningún carro amarillo se detendría.

Y todavía se me ocurre preguntarle si no está cansado de cargar con el peso del mundo. Su carga se remonta a tiempos inmemoriales. Claro que está cansado. ¿Pero qué iba a hacer el bueno de Basquiat? Representar esa idea romántica de genio maldito que tanto les gusta a quienes ignoran las bellaquerías del entorno que lo rodeaba. Dejarse llevar por los mercaderes que huelen el dinero. Cuestionar con sorna a los ilusos: “¿Cómo tengo que ser de negro, según usted?”. Soñar con mandar al diablo Nueva York para marcharse a África.

El tríptico que Basquiat le dedicó a Charlie Parker tiene dos coronas de tres puntas. En el extremo inferior izquierdo se lee una inscripción que dice: “La mayoría de los reyes jóvenes son decapitados”. Su autoconcepto mental y emocional se veía reflejado en la vida de los hombres que admiraba. Para Basquiat no eran solo héroes, eran mártires condenados a bregar con la marginación social que los perseguía como una perra en celo.

Sentada frente a él, viendo cómo el sol de las seis dibuja destellos ondulantes en su cara, no puedo decirle que las cosas han mejorado bastante. Hace unas semanas, un adolescente negro llamado Ralph Yarl se equivocó al tocar el timbre de una casa en Misuri. El propietario de la vivienda se sintió “amenazado” y le disparó en la cabeza con un revólver del calibre 32.

Ya ves cómo siguen las cosas por aquí, mi querido Basquiat. Los que disparan a los reyes jóvenes pretenden despojarlos de sus coronas para negar su existencia. Me da pena contarte que alguna vez lo consiguen, que no los miran con buenos ojos, que no los dejan respirar.

sorayda.peguero@gmail.com

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julio(d243q)23 de julio de 2023 - 12:00 a. m.
"I was born by the river In a little tent Oh, and just like the river, I've been running Ever since It's been a long A long time coming, but I know A change gon' come Oh yes, it will"
Alberto(3788)22 de julio de 2023 - 11:17 p. m.
Tremenda columna. Cierre perfecto del círculo. Gracias, Sorayda Peguero.
Carlos(52562)22 de julio de 2023 - 12:22 p. m.
Aquí los mismos que discriminan y odian dicen que somos iguales. Y que los dicen que eso es falso, son resentidos promotores de la lucha de clases. Gracias Soraida
juan(18349)22 de julio de 2023 - 12:07 p. m.
Visualice los problemas locales!. Ya basta con traer casos de estados unidos!. Acá pasan cosas horribles y nadie dice nada. Que se gana con visualizar los problemas en otro pais si acá las cosas mantienen mal y nadie las cree porque en Colombia somos "diversos"?. Basta con importar esas vainas. Basquiat lo dijo, en "obras de arte" pero Ngozi lo dice en literatura (el peligro de la historia única). Por otra parte, Basquiat está sobrevalorado... Arte decorativo producto de la explotación del Soho
  • Alfredo(44610)13 de agosto de 2023 - 12:27 p. m.
    De acuerdo...
  • Alfredo(44610)13 de agosto de 2023 - 12:27 p. m.
    Si usted se entera la columnista no vive en Colombia, pero de lo que habla es un problema real en muchas partes....los problemas comentados no son de otro país, son de muchos países....hay que superar la visión parroquial de que solo lo que sucede en mi barrio es importante...
  • Nelson(23874)24 de julio de 2023 - 02:58 a. m.
    ¿Acaso ella es de otro planeta? Más "local" no puede ser el racismo ni el clasismo en Colombia. Ella es Universal. Sumerced no sale de su barrio
Lucila(60806)22 de julio de 2023 - 11:54 a. m.
Hoy dos salvaron la patria....
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