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Falcao García y el impuesto al patrimonio (II)


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Tatiana Acevedo Guerrero
16 de junio de 2024 - 05:05 a. m.
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Cada tanto Sebastián Nohra lamenta impuestos y medidas redistributivas. El líder de opinión, que es politólogo pero habla con la seguridad de un economista, celebra asimismo la política económica de Javier Milei en Argentina. En la página de exalumnos del Colegio Gimnasio Moderno, Nohra dice poseer “una visión ideológica liberal y humanista”. Quizá esta visión lo lleva a defender la empresa privada de abusos y tributos que la perjudiquen.

Cualquiera que se pasee por sus redes, emisiones o columnas (o por las del menos erudito e igualmente arrogante Luis Carlos Vélez) podría pensar que altos estratos, industrias y gerentes varios son víctimas de un Estado inflado, que los desangra desde siempre y estanca su progreso. Sin embargo, las formas más importantes de distribución o redistribución son quizá las que se hacen en la dirección contraria. Es decir, en las que las mayorías (que ganan y tienen menos) subsidian a las minorías (que ganan y tienen más).

Además de por la evasión, el sistema tributario colombiano ha estado caracterizado por la participación de grupos de interés (empresariales, gremiales) que han logrado erosionar la base tributaria. Los investigadores Francisco González y Valentina Calderón nos cuentan que esta práctica de lobby y bloqueo “se dio a partir de los sesenta, cuando el Estado comenzó a ceder ante estos grupos, que reaccionaron fuertemente frente a esquemas impositivos progresivos”.

Aunque parezca increíble se produce desde entonces una transferencia de riqueza de abajo para arriba. Esta ha cristalizado como consecuencia de distintos procesos. Uno de ellos es el fervor religioso con que se cree que “el mercado” es una entidad autorreguladora que existe independientemente de los individuos y corporaciones que participan en él. Otro fue el protagonizado por agentes estatales y paramilitares que, en contubernio con grandes empresas (como Chiquita Brands), atacaron a trabajadores y trabajadoras organizados (la represión de huelgas produjo riquezas al empresariado y pobrezas a empleados y empleadas). Un tercero introdujo reformas neoliberales que prescriben los subsidios, calcadas a veces de las implementadas en Chile durante la dictadura de Pinochet. Uno más tiene que ver con el debilitamiento o la eliminación total de la regulación estatal de los bancos, las bolsas de valores y las grandes empresas.

Igualmente, se ha favorecido la constitución de monopolios al facilitar la concentración y centralización de capital mediante fusiones o adquisiciones. Leyes y ministros de economía, todos muy parecidos entre ellos, todos con “una visión ideológica liberal y humanista”, han facilitado el crecimiento de fondos pensionales que están controlados por capital financiero y son invertidos con el único propósito de aumentar las ganancias y dividendos de un grupo pequeño y poderoso de inversores. Éstos y otros procesos han permitido a los especuladores de los mercados financieros regularse a sí mismos.

En 2005, la “misión de la pobreza”, en cabeza de Hugo López, denunció que el 80 % de los subsidios pensionales se quedaba en manos de los jubilados más ricos. En 2021, los llamados Panama Papers dieron cuenta de la estrategia utilizada por la élite mundial para no pagar impuestos usando fideicomisos y sociedades fantasmas. En la lista Andrés Pastrana, César Gaviria, Marta Lucía Ramírez, Enrique Peñalosa, Sarmiento Angulo, Alejandro Santo Domingo y la familia Gilinski. Ese mismo año se reveló que los empresarios más ricos de Colombia habían acaparado los subsidios ofrecidos por el gobierno Duque en el contexto de la pandemia (en contraste, solo el 9 % de las pequeñas empresas accedieron a beneficios). Sarmiento Ángulo con su Casa Editorial El Tiempo, su Hotel Estelar y su Concesionaria Vial Andina (a cargo del jugoso corredor entre Bogotá y Villavicencio) concentró parte de los dineros. Jaime Gilinski, considerado el segundo hombre con más fortuna en el país, también clasificó a la fiesta y recibió subsidios para sus Productos Yupi, Plásticos Rimax, Hoteles Charleston Bogotá y Publicaciones Semana.

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Ricardo(hwcm7)19 de junio de 2024 - 04:41 p. m.
Muy bien respetada Tatiana. Tus columnas son bien fundamentadas, hechas con rigor intelectual y con un enorme conocimiento de nuestra historia. A veces aparecen las "Andrea" que seguramente no saben de historia, ni de economía y repiten la narrativa retrógrada. Seguro que no deja de ser una pobre empleada con corazón neoliberal
Andrea(47935)17 de junio de 2024 - 06:03 p. m.
Tatis, habilidosamente usaste el nombre de un reconocido futbolista para ganar lectores! Ergo recibiste ya la redistribución de la riqueza que te corresponde. Esa actitud es lo que se llama capitalismo puro y duro (sin la intermediación del omnipresente Estado socialista). Representativo ejemplo, Bravo
Alvaro(66505)17 de junio de 2024 - 02:47 a. m.
El estado fue cooptado por grupos y personas indeseables en el manejo del país, aprovecharon la coyuntura para lucrarse y comprometer aún más la convivencia y la economía. El país anestesiado por tanta propaganda siguió de borrego esta moda. Y si, las grandes fortunas se están moviendo desde ya. Sus representantes comienzan a conformar un bloque para atajar la debacle, sin reconocer y plantear otra forma de no atizar al pueblo. Ojala que unos y otros comprendan esta coyuntura, si no.......
Aulí(58286)17 de junio de 2024 - 12:05 a. m.
La periodista Tatiana tiene toda la razón. Planteamiento convincente. Gracias por ayudar a sacudir las mentes de los cacaos que no comprenden, y omiten referir que todavía en países del primer mundo como Alemania, las cargas tributarias para todos, hacen posible el acceso para todos a zonas de recreación, vías excelentes y sin peajes etc.
Alvaro(63032)16 de junio de 2024 - 11:28 p. m.
En la pandemia los cacaos del planeta doblaron sus fortunas a costa de la miseria de millones de personas: amazon, las tecnologicas, los bancos, etc etc. Conn las vacunas, los corruptos de todos los gobiernos con sus contrapartes los laboratorios farmaceuticos, se llenaron con con contratos confidenciales. Decian Duque y su superministro de salud que los precios de las vacunas tenian acuerdo de confidencialidad. Hoy el DJ vive en USA. Como un pachá. Y hasta opina el cinico.
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