Los caminos de la vida no son como yo pensaba


Omar Antonio Geles Suárez nació en 1967, año en que el gobierno de Carlos Lleras Restrepo creó la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC). Aunque Geles nació en Mahates (Bolívar), se fue desde niño a Valledupar, la capital del Cesar, en donde para ese momento se trataba de implementar la reforma agraria y se fortalecía la ANUC entre efervescencias culturales, parcelaciones y recuperaciones de tierras.

Pese al entusiasmo inicial, la región se sumió poco después en la desigualdad y la inercia. El gobierno de Lleras fue teatro del enfrentamiento entre los defensores de la redistribución de tierras (campesinos, funcionarios del gobierno) y los defensores de la expansión de la frontera agraria mediante la llamada colonización (grandes terratenientes y políticos profesionales). El triunfo de los segundos sobre los primeros significó la expansión de la frontera agraria. Es decir, la expulsión de campesinos desde las tierras fértiles hacia otros territorios. Este periodo, que abarcó todos los setenta, fue también uno de urbanización acelerada en que Colombia pasó de ser un país rural agroexportador a uno urbano y minero.

Tal y como lo narra el informe de la Comisión de la Verdad, la década de 1980 fue difícil. Al gobierno de Julio Cesar Turbay, caracterizado por la represión y la reversa de reformas y espacios democráticos, le siguieron los de Betancur (1982-1986) y Barco (1986-1990). En estos se emprendieron (y fracasaron) procesos de paz con las guerrillas. En estos se creó también el partido de izquierda Unión Patriótica, que poco después fue arrasado con violencia, mientras aparecían, casi a la vez, el narcotráfico y el paramilitarismo. Aunque en esos años se introdujeron distintas políticas de lucha contra la pobreza, estas no tuvieron ningún efecto redistributivo.

Por ese tiempo, en el Cesar, que colinda con La Guajira, Venezuela y las regiones del Catatumbo, y el Magdalena Medio, hacían presencia las FARC con el frente 19, 59 y 41 y el ELN. Y aunque 1991 trajo consigo la esperanza y las promesas de la nueva Constitución, en la región se hacía política como siempre (sobre todo desde el partido Liberal). Poco a poco, grupos paramilitares fueron repartiéndose por la totalidad del departamento. Rodrigo Tovar Pupo o Jorge 40 nació en Valledupar y desde ahí lideró lo que después se conocería como Bloque Norte.

Omar Antonio Geles Suárez ganó el Festival de la Leyenda Vallenata en la categoría semiprofesional en 1985, fue Rey de Reyes Semiprofesional en 1987, y Rey Profesional en 1989. Consagrado como acordeonero, escribió Los caminos de la vida en 1992. Según cuenta la prensa, la canción fue inicialmente ofrecida al Binomio de Oro, pero la disquera Codiscos “sostuvo que era muy personal”. Lo cierto es que no era una canción adecuada para la voz de Rafael Orozco del Binomio, que interpretó siempre baladas románticas y música alegre de bailar (ese mismo año Orozco fue asesinado en su casa de Barranquilla en un atentado ordenado por narcotraficantes locales).

En 1993, Geles y su grupo Los Diablitos grabaron Los caminos de la vida. Su éxito no fue uno completamente nacional, pues en ese mismo 93 Carlos Vives y sus Clásicos de la provincia conquistaron los televisores y el alma de Bogotá y sus élites. Sin embargo, afuera de las pantallas, en las calles y los buses y las radios del país sonaban Los Diablitos. La canción es una de ritmo resignado y resentido, que habla sobre el cansancio de una mujer que lava ropa ajena y sostiene a sus hijos. Que habla de décadas de injusticias, desigualdad, pobreza. Geles le cantó al trabajo de las mujeres que hicieron lo necesario para mantener la vida y la comunidad, en medio de nuestro pasado reciente. Para siempre nos queda su testimonio.