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Justicia en llamas

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Tatiana Duplat Ayala
06 de noviembre de 2025 - 05:05 a. m.
“A la guerrilla no le importó arriesgar la vida de los rehenes y el Ejército arrasó con todo”: Tatiana Duplat Ayala.
“A la guerrilla no le importó arriesgar la vida de los rehenes y el Ejército arrasó con todo”: Tatiana Duplat Ayala.
Foto: aRCHIVO
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Pasaron cuatro décadas y este capítulo sigue siendo uno de los más tristes de la historia de Colombia. La toma del Palacio de Justicia, un día como hoy, hace 40 años, aún duele. Todo en ese episodio fue una mala idea. El retiro de la protección policial al recinto, el asalto al edificio y la retención de rehenes por parte del M-19, así como la acción desproporcionada del Ejército en la retoma y un incendio descomunal convirtieron al palacio en el mismísimo infierno.

Para la gente que estaba allí, la historia fue la misma que se repite en esta pesadilla sin fin que es la violencia colombiana. Entre el fuego cruzado de los armados, los civiles quedaron atrapados en una batalla que nunca eligieron librar. Nadie pensó en ellos, nadie los defendió, nadie los rescató. Pesó más el odio al enemigo que el sentido de humanidad entre los combatientes.

A la guerrilla no le importó arriesgar la vida de los rehenes y el Ejército arrasó con todo, por encima de su deber constitucional de defender a la población civil. La intransigencia de ambos bandos condenó a muerte a un centenar de personas. Y como si no fuera suficiente, una vez terminó el combate, 11 sobrevivientes fueron desaparecidos mientras se encontraban bajo la responsabilidad de las autoridades. Todo estuvo mal en esta historia que nunca debió suceder.

Ese día, no solo se perdieron vidas: ardió la idea misma de la justicia. En medio de las llamas, se rompió la confianza en las instituciones, se cercenó la independencia judicial y se avivó la idea terrible de que el poder de las armas puede aplastarlo todo, incluso la ley que dice proteger. Cuarenta años después, el país aún camina entre esas cenizas. Sin verdad plena ni justicia completa, el Estado de Derecho aún busca su dignidad perdida. Hablar de lo que sucedió, recordarlo y nombrarlo es un gesto que honra a las víctimas y nos recuerda que la barbarie siempre acecha y puede encenderse con una mala decisión.

@tatianaduplat

Tatiana Duplat Ayala

Por Tatiana Duplat Ayala

Historiadora de la Universidad Javeriana y doctora en Historia egresada del Programa de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada. Cursó el Ciclo Básico de Estudios Musicales con énfasis en violonchelo en la Universidad Nacional de Colombia. Cuenta con amplia experiencia en la implementación de proyectos de cambio social y construcción de paz
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Mario Giraldo(196)07 de noviembre de 2025 - 02:40 a. m.
Vargas Lleras y Gaviria aprendieron que para apoderarse de las cortes es mas facil y mas discreto el nombrar magistrados a dedo y luego a esos nuevos amigos pedirles que devuelvan el favor con fallos. Los 3.5 años de este gobierno han demostrado que solo se necesitan unos magistrados amigos para mantener el control de EPSs, Pensiones, Carreteras, impuestos, facturas de energia, prestamos bancarios.....el M era mas teatral en su forma de ver el mundo
Eduardo Sáenz Rovner(7668)06 de noviembre de 2025 - 07:42 p. m.
La frase de Echandía, "País de cafres", se queda corta...
Lucila Castro de Sanchez(60806)06 de noviembre de 2025 - 07:40 p. m.
Se le nota su gran sensibilidad,por la cercanîa con la mûsica,pero sobre todo,por la forma cômo presenta este capîtulo doloroso de nuestra historia,con mesura y sin agravios,hacer pensar sobre ma manera sesgada,como los perôdicos,manejaron la informaciôn.
Guillermo(n5sqs)06 de noviembre de 2025 - 06:48 p. m.
Parte de la verdad histórica es que la extrema izquierda armada (M-19) se tomó el Palacio por encargo del narcotráfico (Pablo Escobar y sus socios) para bloquear las extradicciones, el cobarde Presidente Belisario Betancurt se tapó los oidos, cerró su boca y dejó la via expedita para que el estamento militar más reclacitrantes (ligado a la extrema derecha tradicional) realizará su "gloriosa retoma" a sangre y fuego con el saldo conocido de muerte, destrucción y desapariciones forzadas.
William Alvarez(41808)06 de noviembre de 2025 - 02:49 p. m.
La retoma del palacio de justicia a sangre-fuego estaba ya prefigurada en la mentalidad castrense luego de la toma de la embajada dominicana, que logró llamar la atención mundial sobre los derechos humanos en Colombia e hizo que Turbay modificara su estatuto de seguridad y diera mayor participación política al M19. Mayor participación, que un ejercito ultraconservador entrenado contra el "enemigo interno" por USA, no iva a permitirle ahora a un Belisario blandengue ante esta nueva toma.
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