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No nos consta

Maruja cuenta cómo el esposo de Tola perdió la cabeza

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Tola y Maruja
03 de octubre de 2021 - 05:30 a. m.
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Berrionditos, cómo les parece que Ananías, el marido de Tola, se desviroló del todo en esta pandemia y lo tuvimos que arrastrar pa urgencias siquiátricas de la EPS.

Uno es que ni sabe, pero este maldingo encierro le ha corrido la teja a más de uno y eso esplica la tracamanada de candidatos presidenciales que tenemos en Colombia.

Al pobre Ananías se le zafó un tornillo cuando en la cuarentena se mamó de ver series de Neflis y le dio quizque por leer, cosa que nunca había hecho en su analfabeta vida: no leía ni las contraindicaciones de los remedios.

Entonces pegó pa la biblioteca pública y sin preguntar nada ni pedir asesoría le echó mano al primer libro que topó, con tan mala suerte que dio con uno de filosofía. ¡Casi nada!

El berriondo libraco resultó ser de Solipsismo (se le caen a uno las calzas de solo pronunciar) y que a según nos esplicó el siquiatra viene del latín solus ipse, que traduce “solamente yo esisto”, y es una teoría filosófica que niega la presencia material de todo lo que nos rodea. ¡Chupe y me deja!

O sea: pal solipsismo uno no puede estar seguro sino de la esistencia de uno mismo, y que todo lo demás, seres vivientes y cosas inanimadas, son produto de nuestra imaginación. ¡Virgen del Carmen!

Entonces todas estas teorías idealistas -nos dijo el siquiatra mientras le amarraba la camisa de fuerza al marido de Tola-, entraron derecho en el cerebro limpio de don Ananías y lo chiflaron.

Con la mente completamente deschavetada, Ananías empezó a creer que Tola era una invención de su propia sesera y le pareció muy raro imaginar una mujer tan espantosa, habiendo tantas buenonas pa imaginar.

Lo raro era que el conchudo se jartaba toda la comida que Tola le servía, pero dejó de hablale a su mujer quizque porque pa qué conversale a un “ente” que no esistía sino en su cocorota.

La cosa se complicó cuando llegó a tocar la puerta el señor de los cacharros fiaos, que le había dejao a Ananías un par de arrastraderas y un rascaespaldas, sin cuota inicial.

Tola no estaba en la casa, y el cobrador se cansó de timbrar porque Ananías se asomaba por la ventana y veía un fantasma que se estaba imaginando, y entonces volvía a su mecedora a seguir leyendo.

Los problemas con los vecinos no se hicieron esperar: dentraba al granero de la esquina, sacaba un paquete de Pielroja, dos cervezas y unos Doritos y se iba debiendo, quizque porque él no tenía que pagar unos cigarrillos y unas bebidas que se estaba imaginando, y menos a un tendero que no esistía.

La pobre Tola sufrió lo que no está escrito viendo a su marido vagar en calzoncillos por el barrio, sin saludar a viejos conocidos porque él no iba a dar lora saludando el viento.

Tola cuenta que casi se muere de la pena cuando Ananías se encontró en la calle a la candidata María Fernanda Cabal y no le quiso firmar quizque porque ella no esiste ni siquiera en las encuestas. Y al alcalde de Medellín lo dejó con la mano estirada.

Pero el momento más vergonzoso -cuenta Tola-, que quise que me tragara la tierra, fue cuando Ananías se cruzó con el presidente Duque y ni siquiera lo determinó quizque porque si no esiste el titiritero menos va a esistir la marioneta.

Hasta que a Tola se le salió el apellido: No fregués Ananías, dejá la carajada que vos no estás pa filosofías baratas. No te hagás el jiquerón que todo es real. Y no se te olvide que mañana vence el plazo pa declarar renta. ¡Y la DIAN sí esiste!

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Humberto(4444)04 de octubre de 2021 - 07:27 p. m.
Para el presidente Duque Colombia no existe; pues el vive y gobierna en Polombia.
Carlos(58915)04 de octubre de 2021 - 04:20 a. m.
Gracias por sus apuntes tías.
Magdalena(45338)03 de octubre de 2021 - 11:34 p. m.
Esto si es un verdadero"Elogio a la locura"Nos sacan muchas sonrisas.Gracias
Renzo(38945)03 de octubre de 2021 - 08:27 p. m.
Jajaja…buenísimo tías!… ahora entiendo:… los 6.240 desaparecidos no existen, ni las zonas francas de los patojitos, ni las chuzadas, tampoco existieron las convivir… puro solipsismo!… así entonces matarife nunca pagará cárcel, el tal Iván pasará de agache… pura filosofía…
Julio(2346)03 de octubre de 2021 - 06:17 p. m.
No es sólo Ananías el que perdió la cabeza por Uribellaco, sino todos los partidarios de ese despreciable narcoparaco y matarife que presume de "mesías".
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