Berrionditas, estamos en Argentina, que vinimos como abogadas de PAUCO (Paracos Unidos de Colombia) a esigile a Milei que pare de usar la motosierra como símbolo.
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La imagen de la motosierra está legalmente registrada como signo distintivo de los paramilitares colombianos y no podemos permitir que un loco porteño se quede con la idea.
El viaje nos cayó como pedrada en ojo tuerto porque nos queríamos desconetar de las noticias de la guerra del Medio Oriente, que al paso que va no quedará ni medio.
Tampoco queremos saber de la trinadera del presidente Petro sobre esa maldinga guerra, casi sacando en limpio a los angelitos de Hamás. Otra vez hacemos un llamado a misiá Verónica pa que le esconda el jijuemadre cedular.
Tola y yo no entendemos las raíces de esa pelea tan brava y no sabemos quién tiene la razón, pero ninguna buena causa tiene el derecho de matar niños. ¡Qué pesar la humanidá tan bruta!
Teníamos pereza de viajar pues ya los vuelos internacionales son una paridera porque dejan llevar apenas un infeliz bolso donde caben descasamente una muda de ropa y el pastillero.
Claro que los tiquetes XS (low cost) tienen una ventaja maravillosa: son la disculpa perfeta pa no traer traídos ni encargos ni encomiendas… No me cupo ni un llavero, sorry.
Otra gabela es que cobran pa descoger el puesto y entonces a la pareja le toca ir en sillas distintas, lo que hace el viaje más tranquilo y placentero.
También es bueno que los aviones cobren cara la comida porque así uno lleva su propio mondongo… y lo puede calentar en la turbina.
Llegamos a la bella Buenas Aires en medio de los vientos frescos de la primavera, que rumban polen a lo desgualetao y nos ponen a estornudar, lagrimiar y moquiar.
Dimos lora en el aeropuerto Ezeiza preguntando dónde podíamos “coger” bus, porque en la tierra de Gardel el verbo coger quiere decir “tener comercio carnal”, o sea: darle al canchis-canchis. O tupirle al miriñaque, como diría la Nena Jiménez.
Al poeta Borges quizque le encantaba la espresión colombiana “me cogió la noche”. Y por supuesto aquí es ofensivo decir que una mujer está “sobrecogida”.
Vieran la risa de algunos gauchos cuando en un semáforo yo le dije a Tola: esperemos que cambie, que va y nos coge un bus. ¡Tranquilas tías que a ustedes no se las coge ni un bus! -nos gritó un gracioso.
Cuando por fin nos vimos con el patilludo Libertario le dijimos de una: don Milei, el uso de la motosierra como emblema de su campaña perfudica el buen nombre de nuestros clientes paracos.
Pero entonces cuál símbolo uso, tías -dijo Milei acomodándose la peluca-. Podés usar los hornos crematorios, che -le dijo Tola-, y ahí podrías desaparecer el Estado, el banco Central y los programas sociales, sin dejar güella.
Oites Javi -le dijo Tola chupando del mate que nos brindó Milei-, nos gustaría que nos hablaras de tu plan económico de permitir que las familias puedan vender los hijos.
Miren tías -nos dijo Milei mientras le bailaban las pepas celestes de los ojos-, con la venta libre de familiares su presidente Petro podría vender al hijo y al hermano. Se libra de dos chicharrones y le entran unos pesitos.
Ole Javi -le dije sirviéndome una copa de Malbe-, yo quisiera aprovechar pa vender un riñón. ¿Dónde lo puedo ofrecer que me paguen bien? El riñón blue lo pagan mejor en la calle Florida -dijo Milei.
En esas dentró Karina, la hermana médium de Milei, y nos dijo que se terminaba la visita porque Javi necesitaba tomarse la Ritalina.
Ñapa: este miércoles vamos pal cierre de campaña del chalao Milei. Esperen informe.