Queridas tías Tola y Maruja,
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A tres días de la Navidad estoy dudando de nacer en Colombia pues mi papá biológico (o sea Dios) me dijo que en ese país no me garantiza la seguridad. Entonces les pido el gran favor de empaparme de lo que está pasando por allá. ¿Es cierto que volvió la guerrilla?
Su sobrino preferido,
Niño Jesús
Querido Chuchito,
La verdá es que el palo no está pa cucharas: la guerrilla no volvió sino que nunca se fue y más bien se modernizó en una recua de chusmeros traquetos reclutadores de niños.
La berrionda Paz Total no la entendemos: nos suponemos que es negociar con los bandidos pa que dejen de delinquir a cambio de impunidá y conservar parte del botín. Pero otros ocuparán su lugar mientras el narcotráfico sea un negociazo por ser ilegal.
O sea que ¿paz en Colombia? Ái manece y no la prueba… estamos condenaos a cien años de brutalidá mientras los gringos no dejen legalizar esa carajada que tanto les facina. Y menos ahora que estamos en manos del atarván mayor: el moneco pecueco Donaltrón.
Te pedimos, oh precioso Niño, que los gringos logren pegar cultivos de coca por allá y la produzcan y la distribuyan empacada al vacío y con marcas de confianza como Johnson & Johnson…
Si te arriesgás a nacer en medio de esta plomacera te vas a topar con que dos ministros del gobierno están en la guandoca… pareciera que Petro se empeña en igualar el récor de Uribe en funcionarios presos. ¡Ah difícil!
Mientras tanto el prófugo Carlos Ramón baila el trencito en una parranda vallenata organizada por el gobierno que lo dejó volar y le consiguió asilo… Petro no revivió el tren que prometió, pero nos dejó el trencito.
Vas a llegar en medio de una campaña política con mucho humor, como por ejemplo la foto que se tomaron dentro de un ascensor los candidatos presidenciales Luna, Cárdenas, Oviedo, Galán, Gaviria y Viqui… y no faltó el fastidioso que dijo que ahí cabían también sus votantes.
El candidato del stablishment va viento en popa con sus camisas de botón al cuello pa evadir la corbata, que lo hacen ver como Mao… y recordemos que “el que no ama China no ama Mao”.
La derecha tiene su propio drama porque Mafe Cabal, una humilde labriega que recibe susidios del Estado pa sembrar cizaña, no reconoce a la candidata Paloma Valencia y está que se las boga pa unise al Tigre… y ser su vice.
En el centro está el profesor Fajardo, con la tranquilidá del que sabe que se puede ir a ver ballenas (o vallenatos) y que la gente no aguantará la curiosidá de probar el tibio.
Querido Niño, si pensás tráele traído a las barras bravas del Independiente Medellín y el Atlético Nacional te recomendamos mandalo por dron porque te tirarían voladores y papeletas.
Tampoco te recomendamos tráele traído a Nicolás Petro porque te podrían incluir en la Lista Clinton y eso te traería problemas comerciales, como por ejemplo que no te fíen en Pepe Ganga.
Recuerda, oh Emmanuel preclaro, que Donaltrón nos bombardea en cualesquier momento y te podría tocar chumbimba, de modo que sería bueno que tengas EPS, ajualá con Plan.
Si de todos modos insistes en venir, oh lumbre de Oriente, vas a disfrutar de la amabilidá del pueblo colombiano, tan querido y aguantador, que siempre es superior a sus dirigentes. Bienvenido, divino Niño.
Tus tías que te adoran,
Tola y Maruja
Posdata. Concédenos, oh Niño, una Navidá en paz, sin pólvora ni borrachos malucos, y que podamos hablar de política sin salir bravos.
Ñapa. Mi pesebre es tan colombiano que le conseguí un subsidio: Juan José Lafaurie.
No olvidemos a Gaza, por favor…
