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Berrionditas, vustedes saben muy bien que lo nuestro es el chisme, y que no hay mejores chismes que la vida íntima de los demás, y más si son noticia nacional.
Dice la prensa que en el municipio de San Jacinto, de donde son los Gaiteros, un hombre salió del camello y se encaminó a un prostíbulo en busca de una damisela pa hacer “el delicioso”.
Y cuál no sería su sorpresa cuando estando a punto de entrar a la pieza oyó una voz que esclamó: ¿quién es el siguiente? ¡Que pase para licuármelo!, y reconoció la voz de su esposa.
El conchudo armó un merequetengue y agredió a su señora y tuvo que intervenir la policía. Y colorín colorao este cuento se ha acabao. No dice la nota en qué paró la cosa.
¿Qué habría pasao si el marido tuviera la inteligencia de disfrutar el rato con esa “vagamunda”? Hubieran vuelto a casa cogidos de la mano como hace siglos no se cogen, y él le hubiera dicho con ojos maliciosos: No sabía que supieras tanto, bebé. Y fueron felices.
Otra historia que nos llamó la atención fue la declaración de Ciro Ramírez, acusao de corrución, cuando el juez le preguntó cómo conoció a Pierre García, también sindicao de corrución.
“Nos conocimos en la cárcel La Picota visitando a nuestros padres” (ambos progenitores condenaos por parapolítica), confesó Ciro con su carita de párroco.
Y no se puede evitar imaginar cómo serán las conversaciones de dos chicos que visitan a sus papáes delincuentes, uno cañándole al otro: Mi papi es más corruto que el tuyo…
O los viejos acariciando las cabecitas de sus muchachos y diciéndoles dulcemente: Hijo, algún día esta celda será tuya…Y ayudándoles a hacer una tarea del colegio ¡de ética!
Y mientras los dos cuchos rememoran con nostalgia sus torcidos, los chicos juegan a policías y ladrones, pero qué lío porque ninguno de los dos quiere ser el policía.
Se nos acaba de ocurrir que estas dos historias tienen un hilo condutor: la corrución es la prostitución de la política… Upa, nos fajamos, parece una frase de Güiston Chorchil.
En estas historias la realidá supera la fición. Lo mismo pasa con la idea de Petro de denunciar al Estado colombiano ante la ONU: Señores, vengo a acusarme, ¡cójanme!
Nosotras buscamos en Gúgol qué es un Estado y nos salió que viene del latín status y este del verbo stare (estar parado). De ahí pasó a querer decir algo detenido, inmóvil, como en statu quo.
Por eso se dice el “Estado paquidérmico”, porque se mueve con la parsimonia del elefante, el rinoceronte, el hipopótamo, el juez del caso Santiago Uribe…
Pero terminemos las dos historias de arriba: los chicos crecen y se vuelven políticos como sus taitas y caen en la corrución y van a dar a la guandoca y sus hijos los visitan…
Y todos los viernes el hombre de San Jacinto sale de su trabajo y va a su casa, se baña, se enlociona, se pone la camisa dominguera que su mujer le dejó lista y se dirige al burdel donde ella lo está esperando.
Grafitis: ¿Ya le podemos decir genocida a Netanyahu?
Ñapa: No vemos la hora de que la juez le pregunte a Uribe por qué siguió su relación con el abohámster después de saber que le daba plata a testigos, y que Álvaro conteste: Por razones humanitarias, hijita.
Ñapita: Un concejal de Bogotá propone capacitar a los ciudadanos en defensa personal contra la inseguridá. Nosotras estaremos al frente de la materia: El paraguas como arma.
Posdata: Duele lo que Israel está cometiendo, pero duele más la indiferencia del mundo, que es sordo y es mudo.
