Toda mujer es como la flor que debe se conservarse bella y fresca en el corazón de quien la cultiva; dependiendo de los cuidados y mimos del jardinero, sus pétalos y aromas continuarán invadiendo su entorno, para jamás marchitarse, y en las tardes del ocaso, dejarán en nuestros corazones para perenne memoria los bellos recuerdos de su existencia.
Sirva el Día Internacional de la Mujer como un espacio de reflexión, para darnos cuenta qué está pasando con ellas, puesto que son alarmantes las cifras de mujeres: violadas, maltratadas, ultrajadas y asesinadas, para peor desgracia, muchas veces por sus esposos, compañeros, hijos, hermanos y demás familiares.
Las madres cabeza de hogar, que con heroísmo y valentía tienen que enfrentarse solas, para levantar y educar a sus hijos, son ejemplo de responsabilidad y fortaleza, frente a los hombres cobardes e irresponsables que un día las abandonan, porque su belleza y atributos físicos, consecuencia de los avatares de la vida, desaparecen en medio del fragor y las inclemencias del más bello y sublime milagro de vida, como es el don de la maternidad.
Si bien nuestras mujeres han conquistado espacios de liderazgo dentro de la empresa pública y privada, sus logros están manchados con el estigma de la violencia y la desgracia, puesto que miles de sus congéneres se encuentran pagando muchas veces en las cárceles, o en los cementerios, el precio de los desafíos de sus conquistas: laborales, políticas y sociales.
Las leyes de protección a la mujer no son lo suficientemente efectivas, muchas veces los maltratadores, abusadores, violadores y asesinos, después de cumplido su objetivo, al ser capturados, pronto recobran su libertad, para continuar dando rienda suelta a sus fechorías.
En el Día Internacional de la Mujer, nos debemos inclinar frente a ellas, con pulcritud y grandeza, para rendirles un homenaje, en el lugar y estado donde se encuentren, puesto que el milagro de la vida se les debe en toda la magnitud del universo.
Su sola presencia ilumina los senderos del porvenir, como la flor que jamás se marchita, antes por el contrario, día a día continúa dando sus frutos y ofreciendo a la humanidad el milagro más hermoso y sublime, como es la procreación del género humano.
Solamente el supremo creador sabe la grandeza de su ser, en los amaneceres y atardeceres de su existencia, brillan con luz propia para quienes las rodean y les rinden testimonio de admiración, gratitud y grandeza, por haberles dado la oportunidad de disfrutar este bello planeta Tierra.
¿Cuántas luchas han librado con sacrificios y hasta humillaciones han tenido que soportar, para conquistar los espacios de ser mujer líder, que hoy ocupan con brillo, tanto en la vida pública como privada?
Han demostrado, con inteligencia y sabiduría, que no existen campos vedados para el sexo débil, que jamás se doblegan ante la prepotencia de quienes quieren convertir sus acciones en verdaderos campos de batalla y escenarios de conflictos, pero, gracias a su persistencia y coraje, los han sabido vencer con decisión, dejándolos expósitos y vergonzantes en los escenarios de la derrota.
¡MUJER!
Eres fuente de vida e inspiración divina,
Émulo de maría en los altares,
Contigo riman los versos del poeta y
Se afinan los pinceles del artista
Forjadora de sueños e ilusiones,
Constructora de emporios y esperanzas,
En los tiempos de tormenta estás conmigo, y
En las horas de soledad me acompañas
Eres ángel de bondad y tolerancia,
Estrella que alumbra mi camino,
Con nueve meses de amor en tus entrañas,
Eres la máxima expresión en mi vida y el destino
Como madre bondadosa dios bendiga tu linaje,
Como reina de mi hogar yo te bendigo,
Esposa protectora de mis sueños, y
Amiga consentida en mis delirios
Cuando la vida germina en tus entrañas,
Con los pétalos ocultos en sus galas,
Es el cofre perenne a tu memoria,
Con el acopio del dolor y de tus lágrimas.
*Autor.
Toda mujer es como la flor que debe se conservarse bella y fresca en el corazón de quien la cultiva; dependiendo de los cuidados y mimos del jardinero, sus pétalos y aromas continuarán invadiendo su entorno, para jamás marchitarse, y en las tardes del ocaso, dejarán en nuestros corazones para perenne memoria los bellos recuerdos de su existencia.
Sirva el Día Internacional de la Mujer como un espacio de reflexión, para darnos cuenta qué está pasando con ellas, puesto que son alarmantes las cifras de mujeres: violadas, maltratadas, ultrajadas y asesinadas, para peor desgracia, muchas veces por sus esposos, compañeros, hijos, hermanos y demás familiares.
Las madres cabeza de hogar, que con heroísmo y valentía tienen que enfrentarse solas, para levantar y educar a sus hijos, son ejemplo de responsabilidad y fortaleza, frente a los hombres cobardes e irresponsables que un día las abandonan, porque su belleza y atributos físicos, consecuencia de los avatares de la vida, desaparecen en medio del fragor y las inclemencias del más bello y sublime milagro de vida, como es el don de la maternidad.
Si bien nuestras mujeres han conquistado espacios de liderazgo dentro de la empresa pública y privada, sus logros están manchados con el estigma de la violencia y la desgracia, puesto que miles de sus congéneres se encuentran pagando muchas veces en las cárceles, o en los cementerios, el precio de los desafíos de sus conquistas: laborales, políticas y sociales.
Las leyes de protección a la mujer no son lo suficientemente efectivas, muchas veces los maltratadores, abusadores, violadores y asesinos, después de cumplido su objetivo, al ser capturados, pronto recobran su libertad, para continuar dando rienda suelta a sus fechorías.
En el Día Internacional de la Mujer, nos debemos inclinar frente a ellas, con pulcritud y grandeza, para rendirles un homenaje, en el lugar y estado donde se encuentren, puesto que el milagro de la vida se les debe en toda la magnitud del universo.
Su sola presencia ilumina los senderos del porvenir, como la flor que jamás se marchita, antes por el contrario, día a día continúa dando sus frutos y ofreciendo a la humanidad el milagro más hermoso y sublime, como es la procreación del género humano.
Solamente el supremo creador sabe la grandeza de su ser, en los amaneceres y atardeceres de su existencia, brillan con luz propia para quienes las rodean y les rinden testimonio de admiración, gratitud y grandeza, por haberles dado la oportunidad de disfrutar este bello planeta Tierra.
¿Cuántas luchas han librado con sacrificios y hasta humillaciones han tenido que soportar, para conquistar los espacios de ser mujer líder, que hoy ocupan con brillo, tanto en la vida pública como privada?
Han demostrado, con inteligencia y sabiduría, que no existen campos vedados para el sexo débil, que jamás se doblegan ante la prepotencia de quienes quieren convertir sus acciones en verdaderos campos de batalla y escenarios de conflictos, pero, gracias a su persistencia y coraje, los han sabido vencer con decisión, dejándolos expósitos y vergonzantes en los escenarios de la derrota.
¡MUJER!
Eres fuente de vida e inspiración divina,
Émulo de maría en los altares,
Contigo riman los versos del poeta y
Se afinan los pinceles del artista
Forjadora de sueños e ilusiones,
Constructora de emporios y esperanzas,
En los tiempos de tormenta estás conmigo, y
En las horas de soledad me acompañas
Eres ángel de bondad y tolerancia,
Estrella que alumbra mi camino,
Con nueve meses de amor en tus entrañas,
Eres la máxima expresión en mi vida y el destino
Como madre bondadosa dios bendiga tu linaje,
Como reina de mi hogar yo te bendigo,
Esposa protectora de mis sueños, y
Amiga consentida en mis delirios
Cuando la vida germina en tus entrañas,
Con los pétalos ocultos en sus galas,
Es el cofre perenne a tu memoria,
Con el acopio del dolor y de tus lágrimas.
*Autor.