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Si queremos tener éxito con la cadena alimentaria y exportadora de los productos agropecuarios, se hace indispensable levantar el potencial exportador de los productos sujetos de demanda en los diferentes mercados. Esto se logra levantando las fichas técnicas, encadenándolas productivamente y a su vez vinculándolas a las diferentes alianzas estratégicas, con los controles de calidad requeridos por los compradores nacionales e internacionales.
Valdría la pena que las autoridades de comercio exterior, en coordinación con el Ministerio de Agricultura, mediante foros y seminarios, dieran a conocer al país el potencial alimentario y exportador del sector agropecuario. Es angustioso ver en varios municipios campesinos laboriosos cuyos productos no pasan de la plaza de pueblo, cuando en realidad tienen buenas posibilidades de expandirse nacional e internacionalmente.
Son cientos los productos agrícolas con posibilidades de exportación, pero, lamentablemente, por el desconocimiento de los productores campesinos sobre el tema, estas oportunidades se pierden o muchas veces son rechazados por los compradores, por fallas en el control de calidad.
Para lograr eficiencia alimentaria y exportadora, se requiere levantar el potencial por regiones, dando prelación a los productos de mayor tecnicidad y posicionamiento en municipios y departamentos. La ficha técnica de los productos alimentarios y exportables debe levantarse teniendo en cuenta sus componentes, variedades, cantidades de producción, vida útil, empaques/embalajes y medios de conservación.
Además de lo anterior, se hace indispensable crear las cadenas productivas y alianzas estratégicas de los productos agrícolas alimentarios y de exportación, con el fin de lograr una producción homogénea, de conformidad con las exigencias de la oferta y la demanda.
Sin estos requisitos básicos, se hace imposible que los productos alimentarios y de exportación resistan el manipuleo en los puertos de embarque y de destino. El éxito de toda exportación, especialmente de productos sensibles y de corta duración, depende de los manejos y advertencias contenidos en las normas técnicas, de producción y conservación.
Los sectores de agroindustria y alimentos tienen los productos con mayor demanda de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y en general de la región Andina, con los cuales existen tratados de libre comercio en forma bilateral.
La Alianza del Pacífico, conformada por Perú, Colombia, México y Chile, se está organizando para exportar unificadamente a los países del continente asiático.
Pero si vamos más allá de estas prácticas, tenemos que aprender a manejar los requisitos que deben cumplir los productos, partiendo del país de origen al país de destino. Muchas veces, el desconocimiento nos lleva a hacer nuestras exportaciones más onerosas, que a la postre resultan poco rentables para importadores o comercializadores.
Generar conciencia exportadora debe ser una de las metas de todo gobierno. Es preocupante que los organismos encargados de promover las exportaciones muchas veces se quedan con las solicitudes de oferta y demanda que llegan del exterior, unas veces por el desconocimiento de los requisitos exigidos en el país de origen, y otras por deficiencias de control de calidad en los productos.
Muchas veces los tratados de libre comercio con diferentes países del mundo permiten que nuestros productos exportables sean sujetos de aranceles preferenciales, convenidos dentro de los acuerdos. Lamentablemente, el común de los productores poco lo aprovechan, por lo complejo del manual exportador, que entre uno y otro país tiene sus requisitos consignados en los convenios comerciales celebrados entre Colombia y sus potenciales compradores.
Valdría la pena que se implementara un manual de oferta y demanda de productos exportables e importables, esto nos daría una idea de cómo acceder a los diferentes mercados con nuestros productos del sector agropecuario.
