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Un fenómeno llamado Álvaro Uribe Vélez

Uriel Ortiz Soto
14 de agosto de 2008 - 12:56 a. m.

El pasado 7 de agosto cumplió seis años como Presidente. Su primera administración se caracterizó por implementar planes y programas de desarrollo, extendiendo sus iniciativas a todas las regiones, teniendo en cuenta sus más prioritarias necesidades.

No existe territorio vedado para llegar con su obra de gobierno por inaccesible que sea. Con la puesta en marcha de su programa bandera, Seguridad Democrática, ha logrado  devolver la tranquilidad a los sectores rurales y urbanos del país, que antes de su primer período se encontraban encañonados por los grupos que operan al margen de la ley.

Por el éxito de su primer mandato, la primera reelección fue por abrumadora mayoría y la segunda para el año 2010, dependiendo claro está de un sinnúmero de circunstancias, muy seguramente será el reconocimiento de las dos primeras administraciones. Su aceptación crece y se afianza en medio de huracanes y tempestades, muchas de ellas desatadas por él mismo como consecuencia del ejercicio de poder, de carácter fuerte y recio. La popularidad la mantiene por encima del 80%. Los colombianos, en su mayoría, llámense conservadores, liberales o sin partido respaldan su gestión presidencial. No existe en los actuales momentos grupo de oposición capaz de secundarlo.

Los partidos políticos para el período presidencial 2010 – 2014 nada tienen que hacer por el momento. Mientras Álvaro Uribe Vélez aspire a nueva reelección, es muy difícil que candidato alguno lo supere. El país está hastiado y decepcionado de los partidos tradicionales y demás movimientos políticos que surgen al vaivén de las circunstancias. Sí el actual presidente continúa dando resultados y recuperando la economía y la paz, la segunda reelección la logrará, aún sin partidos políticos, incluyendo al de la U, que nació al calor de su primera candidatura.    

Podríamos decir que Colombia difícilmente volverá a tener un gobernante tan carismático y del temple de autoridad de Álvaro Uribe Vélez. Desde los inicios de su gobierno, se fijó el firme propósito de recuperar la paz para sus gobernados, perdida desde hace más de cincuenta años. En verdad que lo está logrando, acabando con los grupos subversivos, sometiendo al paramilitarismo, el narcotráfico y la delincuencia común organizada, pero no con diálogos, ni con despejes; lo está haciendo en ejercicio del principio Constitucional, con autoridad, decisión y mando. Lo más sorprendente de todo esto es que en medio de tanta confrontación y juicios nacionales e internacionales, la economía del país es sólida y la confianza inversionista del sector extranjero se mantiene.

El programa de Seguridad Democrática, de donde se desprende el éxito de su gestión, ha sido el mayor escenario de su popularidad. La Fuerza Pública se ha encargado de ejecutarlo rigurosamente. cuando el Presidente no ve resultados concretos llama a sus comandantes al orden y si es del caso a calificar servicios, como ya lo ha hecho en varias ocasiones. 

Su estilo de gobernar es único y su capacidad de trabajo sorprendente. Atentando aún contra su propia salud, lo hemos visto cumpliendo compromisos, desatendiendo prescripciones médicas. Los Consejos Comunales de Gobierno, realizados cada ocho días en diferentes ciudades, han servido para que las comunidades de todos los sectores sociales expongan sus problemas y concreten soluciones. Para lograrlo, sale acompañado de su equipo de gobierno de acuerdo a los requerimientos y exigencias de la región visitada. Siempre encuentra una solución adecuada para cada caso en particular. Esto ya lo tienen claro sus gobernados.

La guerrilla de las Farc, que se consideraba imbatible, prácticamente se encuentra aniquilada y dando sus últimos tumbos de agonía antes de expirar. Tal como está operando el Comando Fudra del Ejército, es muy posible que antes de finalizar el presente año ocurran bajas importantes dentro de la organización subversiva. Las deserciones diarias de guerrilleros son clara demostración de lo desmoralizada que se encuentra. Si tienen un tris de inteligencia lo más conveniente es que se acojan a las propuestas hechas por el señor Presidente. La operación Jaque, con la cual se rescataron 15 secuestrados, es clara advertencia para las Farc: o entran en diálogo franco y sincero, o sufrirán con todo el rigor de la Ley: su aniquilamiento total.

Es claro que la figura de Álvaro Uribe Vélez es querida para muchos y detestable para otros, como en el caso del Polo Democrático, que siempre se ha quedado con las ganas de comer Ministro. Pero es indispensable para el país, que ve en él al único Presidente capaz de sacarlo adelante rompiendo paradigmas enquistados en el aparato estatal a través de toda nuestra historia republicana y democrática.

Comunidad Desarrollo y Gestión

urielos@cable.net.co

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