Carlos Fernando Galán acaba de recibir del Estado un terreno destinado a construir una nueva cárcel para Bogotá; esa es una muy buena noticia por varias razones. La primera, porque con ese gesto el ministro de justicia evidencia su talante conciliador al morigerar su posición inicial de no aportar ni un peso más para prisiones, un propósito tan encomiable como irrealizable. Abolir el derecho penal o el sistema penitenciario no consiste en dejar de usarlos de golpe, sino en hacerlos innecesarios; pero eso es algo que toma tiempo, requiere planificación a largo plazo y mucha inversión orientada a mejorar los estándares de vida de...
Conoce más
