#YoAborté

Mi mamá me acompañó a abortar

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Yo aborté
12 de febrero de 2020 - 05:00 a. m.
Por Milena*
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Fui producto de una relación adolescente. Por eso, a lo largo de mi vida siempre tuve conocimiento de lo que trae consigo un embarazo no deseado. También por mis conversaciones con amigas y familiares. Mi mamá, desde que yo era una niña, me dejó clara la importancia de llevar una vida sexual responsable. Desde el momento en que decidí iniciarla, tomé anticonceptivos.

Pero, aun siendo “responsable”, pasó. Quedé embarazada. 

Tenía 22 años y pedí una cita médica de chequeo general. Solía hacerme estos chequeos periódicamente. Ese día fue particular, pues me enteré de un solo golpe: ¡estaba embarazada! 

En principio lo oculté, no sabía qué hacer, a quién pedirle ayuda, me sentía sola. Sabía que si dejaba pasar más tiempo no podría tomar una decisión. Le conté a él. Su reacción inmediata fue pedirme que abortara.

Yo aún no sabía qué hacer. Tenía miedo de ser juzgada, pero le temía aún más a que me pasara algo por abortar. Después de analizar los pros y contras, entendí que no estaba lista para tener un hijo. Decidí abortar.

El sitio parecía ser una clínica como cualquier otra, con médicos y enfermeras. Lo que me desconcertaba era que tenían unos letreros con fotos de ecografías, que sugerían que estaban en contra del aborto. Empecé a sentirme incómoda pero igual ya habíamos pagado y mi decisión estaba tomada. 

Me hicieron una especie de historia clínica y me pusieron una bata para ingresar a la “sala de cirugía”. Una de las enfermeras me dijo: “Tómese esta pastilla, es la anestesia, ya la ingresamos”. Estaba desconcertada, pues yo ya había pasado por un quirófano y la anestesia, local o general, no se administra así. Igual me la tomé. 

No pasó ni un minuto cuando me hicieron pasar a una habitación muy desagradable. La camilla donde debía acostarme se veía vieja y el instrumental quirúrgico también. Empecé a tener un ataque de pánico. Pensé muchas cosas al mismo tiempo y sentía que los médicos y las enfermeras me estaban presionando. Supe que ese lugar no era nada seguro para mí. Así que me fui. 

Mi decisión estaba clara, solo me sentía muy asustada por mi vida. Necesitaba un lugar que me diera confianza y donde estuviera apoyada. Así que llamé a mi mamá, le confesé lo que pasó y lo que hice. Ella sabía más que nadie lo que era pasar por un embarazo no deseado. Y así como ella decidió tenerme, también respetó mi decisión de abortar. Me acompañó durante todo el proceso. 

Nos informamos mejor y pudimos acceder a un sitio que me brindó todo lo que yo esperaba. Conté con el mejor equipo médico para acompañar mi decisión.

Yo aborté. Tuve la valentía de irme de ese lugar que no cumplía ninguna norma de salubridad y de acudir a una clínica segura. Sin embargo, sé que muchas mujeres no cuentan con el apoyo económico, familiar y emocional que yo tuve. Por mi propia experiencia, apoyo el aborto legal y gratuito para todas, pero aún más importante que eso, deseo que todas las mujeres puedan estar acompañadas en esa decisión, así como mi mamá lo hizo conmigo. 

* Milena es un seudónimo.

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La ilustración fue realizada por La Ché, síguela en Instagram.

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