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Autodefensas Divididas de Colombia

Yohir Akerman

17 de junio de 2017 - 09:00 p. m.

El 23 de mayo de 2017, el magistrado de la Sala de Justicia y Paz, Eduardo Castellanos Roso, profirió sentencia en contra del paramilitar Indalecio José Sánchez Jaramillo, conocido como alias ‘Fredy’.

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Lo interesante del fallo del Tribunal Superior de Bogotá no es la pena de 40 años de prisión para Sánchez Jaramillo, que se desempeñó como secretario privado del extinto comandante Carlos Castaño Gil, y posteriormente como jefe financiero del Bloque Tolima. No.

Lo importante del documento de 268 páginas es la reveladora caracterización que hizo el magistrado Castellanos Roso de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC.

Me explico.

El magistrado encontró que las AUC no tuvieron un mando centralizado y por consiguiente no se les puede catalogar como una organización con estructura, sino más bien como una cantidad de células que estaban en constante guerra interna para proteger sus intereses.

Vamos por partes porque es complicado.

El fallo recopiló diversos materiales probatorios sobre las disputas violentas entre jefes regionales del paramilitarismo, muchos de ellos con asiento en el autodenominado Estado Mayor Conjunto, y además, demostró el déficit de autoridad en gran parte de las estructuras paramilitares que se desmovilizaron colectivamente.

La Sala fue más allá y encontró que “el período de negociación de paz con el gobierno, coincidió con la etapa de mayor conflictividad armada entre los diferentes bloques o grupos. Inclusive, fue en ese mismo período de negociaciones, donde cabecillas representativos de las AUC, fueron asesinados por sus mismos ‘colegas’: Carlos Castaño Gil; Carlos Mauricio Fernández, alias Doble Cero; Rodrigo Mercado Peluffo, alias Cadena; Miguel Arroyave, alias Arcángel; y Vicente Castaño Gil”. (Ver Sentencia Bloque Tolima Página 114-129)

Lo que demuestra esto es que los cabecillas paramilitares se mataron sistemáticamente entre sí, para defender sus propios intereses económicos y su negocio del narcotráfico, demostrando que no había una estructura piramidal o jerárquica.

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Ejemplo de esto es que “el proceso de desmovilización de las AUC fue el más largo que haya tenido un grupo armado irregular. Y esa prolongación temporal, desdice de un mando nacional responsable, pues precisamente que se haya demorado 32 meses la desmovilización de todo el aparato armado paramilitar, revela las fracturas internas”. (Ver Página 133)

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Por esa razón consideró la Sala que luego de diez años de haber implementado la Ley de Justicia y Paz, es adecuado realizar una mirada crítica que permita revisar la narrativa oficial del gobierno sobre la negociación con las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia.

Sin duda porque más bien parecen, las Autodefensas Divididas de Colombia.

Señaló el fallo que “las AUC concebidas como una organización paramilitar jerárquica, con un mando nacional unificado y responsable, fue tal vez una intención genuina y un proyecto idealizado por Carlos Castaño Gil que tuvo varios obstáculos para implementarse en terreno. Por eso, en Justicia y Paz se comienzan a perfilar evidencias que llegarían a desmitificar la existencia material –y no formal- de las AUC”. (Ver Página 142)

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Grave.

Con esto el magistrado Castellanos Roso propuso que las Autodefensas no deberían ser catalogadas como una organización criminal, sino más bien, como una “alianza temporal e inestable de diferentes dueños de ejércitos privados regionales y narcotraficantes, que convergieron a inicios del siglo XXI, para aprovechar las oportunidades que se abrieron con un proceso de paz que en principio, les ofreció un marco jurídico flexible para la desmovilización”. (Ver Página 140)

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Incluso la sentencia aportó pruebas documentales y testimonios, que dejaron entrever que en el proceso de paz con el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez, hubo una cantidad de mesas paralelas de negociación, donde por lo menos siete jefes o facciones regionales del paramilitarismo trataron de manera diferenciada las condiciones de su dejación de armas. (Ver Página 136)

¿Qué hubiera dicho la oposición si todo esto hubiera pasado en la negociación de paz con la guerrilla de las Farc? Lo que dicen ahora, y es que el gobierno se doblegó ante los narcoterroristas.

Pero en realidad eso es lo que pasó durante la administración del presidente Uribe Vélez que ahora se demuestra negoció directamente con una alianza coyuntural de narcotraficantes que estaban en una guerra interna, sin mando ni control, y que terminaron tramitando un paquete para su tránsito a la legalidad bajo la marca de las AUC.

Lo cierto es que lo único que unía a las Autodefensas era proteger el negocio de la droga y eso mismo los llevo a matarse entre sí. Eso sí es negociar con narcoterroristas.

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@yohirakerman

akermancolumnista@gmail.com

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