Sigamos con el análisis de las candidaturas al Congreso porque, lastimosamente, ningún sector político se salvó de entregarle avales a políticos cuestionados o cercanos a historias de corrupción.
Esta oportunidad es para el impoluto Partido Verde que, sin pena ni gloria, le dio aval a la señora Olga Lucía Velásquez Nieto como candidata de la Cámara de Representantes por Bogotá. Velásquez ha sido una política cuestionada por ser la consentida de polémicos gobiernos en Bogotá, como el exalcalde convicto Samuel Moreno y ahora, sin despeinarse, estrecha una alianza con la senadora Angélica Lozano, esposa de la alcaldesa Claudia López.
Vamos por partes.
Samuel Moreno Rojas obtuvo tres condenas por irregularidades en el marco del Carrusel de la contratación. Fue condenado por el delito de concierto para delinquir agravado y determinador de peculado por apropiación a favor de terceros agravado, en concurso heterogéneo y simultáneo, y se le impuso una pena de 360 meses de prisión, multa de $26.780′000.000,00 e inhabilitación perpetua para el ejercicio de derechos y funciones públicas.
Como se lo merecía.
Mientras tanto, su hermano Iván Moreno fue condenado a 14 años de prisión por otras irregularidades en contratos durante la misma alcaldía de su hermano. Una familia ejemplar.
La señora Olga Lucia Velásquez fue, nada más ni nada menos, la persona que se desempeñó como secretaria de Gobierno en la alcaldía de Samuel Moreno y, aunque nunca ha sido condenada de nada, su participación y manejo en un cargo tan importante en la Alcaldía dejó mucho que desear por haber sido una persona de tanta confianza y poder en una administración que terminó en tan terribles condiciones para la ciudad.
Una de dos hipótesis. O la señora Velásquez fue tan irrelevante como secretaria de Gobierno que nunca se tuvo que ensuciar las manos en una Alcaldía donde todo estaba cochino, o tan inoperante que como secretaria de Gobierno nunca se enteró de nada de lo que estaba pasando a su alrededor. Difícil creer que uno puede estar sentando en la mitad de ese pantano de corrupción y nunca tenerse que haber mojado. Ni siquiera salpicado.
Tres años después del escándalo por el Cartel de la contratación en Bogotá, la señora Velásquez cayó parada en la Representante a la Cámara, arropada por los colores del liberalismo.
Para sus rivales, esta mujer heredó todo el fortín político de la casa Moreno Rojas e incluso su oscuro músculo financiero. Puede que eso no sea cierto, pero, paradójicamente, Velásquez Nieto era una completa desconocida en la capital de Colombia y, sin embargó, obtuvo más de 23 mil votos que la encumbraron en el primer puesto de los candidatos rojos, y de facto una curul en el Congreso de la República.
Posteriormente, en 2018, la señora Velásquez montó alianza para esas elecciones con la señora Katherin Silva, hija de Venus Albeiro Silva, quien ha estado bajo la lupa por la contratación que su fundación Chiminigagua ha recibido por el distrito desde el año 2007, año en el que fue electo Samuel Moreno y en el que Venus ejercía como representante.
Venus Albeiro Silva siguió recibiendo financiación para sus festivales en la localidad de Bosa, los cuales continuaron en la administración del alcalde Enrique Peñalosa, pese a que éste último había sido electo en oposición al Polo Democrático, el partido de Venus.
Sin embargo, tal financiamiento ha sido cuestionado, pues el señor Silva, contradiciendo a su propio partido, presentó ponencia para la aprobación del Plan de Desarrollo del alcalde Peñalosa. Cosa que, si no hubiera sido así, el alcalde hubiese tenido que aprobarlo por decreto.
Unas por otras.
Aunque la señora Velásquez se ha encargado de repetir que ella no es cuota de Samuel Moreno y alejarse de todos estos hechos y escándalos, estos y otros elementos la contradicen.
En mayo de 2019, la entonces ministra del Interior, Alicia Arango, reveló que Samuel Moreno le había mandado la hoja de vida de Olga Lucía Velásquez para ser superintendente de Vigilancia. El nombramiento se cayó por estos hechos y el gobierno de Duque no se quiso relacionar con esta reputación.
Bien, pero dice mucho, cuando es un gobierno como el de Iván Duque, con los estándares tan bajos de contratación como los que tiene, el que decide trazar la línea reputacional en este tema y prefiere no relacionarse con esta persona.
Terminemos.
Los escándalos de la señora Velásquez no solo son por interpuesta persona. En agosto de 2020, la Corte Suprema de Justicia abrió indagación preliminar contra el senador Antonio Sanguino y Olga Lucia Velásquez, ambos relacionados con el escándalo de contratación dentro de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
La indagación contra Sandino tiene que ver con hechos de cuando se desempeñaba como concejal de Bogotá del Partido Verde, por una denuncia que involucra a su esposa, Diana Meza presuntamente como contratista de la Universidad por más de $350 millones de pesos.
Por su parte, Velásquez fue vinculada en dicha indagación tras las declaraciones del condenado exrector de la Universidad, Wilman Muñoz, ante la Procuraduría, en las que aseguró que Velásquez le entregó más de 40 hojas de vida de personas que fueron contratados por exigencia de ella.
Muñoz también aseguró que la exrepresentante Velásquez había intervenido ante el Ministerio de Educación para su reelección en el cargo. El famoso intercambio de “yo hago que te reelijan y tú haces que me contraten a estas 40 personas por mí”.
Después de todo esto, ahora es la senadora Angélica Lozano la gran promotora de su nueva postulación al Congreso, como su fórmula de campaña, cruzando de castaño a oscuro, sin dejar de parar por oscuro a Moreno. Nada angelical.