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El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso sigue insistiendo en que quiere confesar y colaborar con la justicia en temas que incriminan al senador Álvaro Uribe Vélez y su hermano Santiago. Profundicemos cuáles son esos temas en los que Mancuso podría contar una verdad incómoda para la familia del expresidente.

Mancuso puede dar testimonio sobre la relación intrínseca y de permisividad que tuvieron las autoridades locales y la Gobernación de Antioquia para facilitar o no impedir varias acciones de los paramilitares ocurridas en los 90 en ese departamento. Estamos hablando de las horribles masacres de El Aro, San Roque, La Granja y el homicidio del defensor de derechos humanos Jesús María Valle.
Estos son los crímenes más graves por los que la justicia investiga al senador Uribe en el marco de la indagación 45110 en la Corte Suprema de Justicia.
Recordemos que la Corte Suprema declaró como crímenes de lesa humanidad esas masacres y el homicidio del profesor Jesús María Valle, primer denunciante de la relación simbiótica que había entre las autoridades oficiales, la IV Brigada del Ejército y las Autodefensas Unidas de Colombia.
Como lo informó en febrero 10 de 2018 el periodista Daniel Coronell en una columna, el exjefe paramilitar Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, rindió una versión libre en la que afirmó sobre el asesinato de Jesús María Valle: “Esta acción fue una petición del doctor Pedro Juan Moreno, ya que él (Valle) estaba haciendo una investigación sobre los hechos que ocurrieron en El Aro”. (Ver Aquí no hay muertos).
Las palabras que llevaron a la muerte al defensor de derechos humanos fueron: “Yo considero que el gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez, ha incurrido en un comportamiento omisivo, y lo mismo el secretario de Gobierno, Pedro Juan Moreno”.
Días después formalizó sus reclamos en denuncias ante la Fiscalía, la Procuraduría y la Corte Suprema, para que se abrieran investigaciones por prevaricato por omisión, incluyendo también a la comandancia de la IV Brigada, entonces a cargo del general Alfonso Manosalva Flórez.
Mancuso es un testigo fundamental de todos esos hechos y de la permisividad o no que tuvo la Gobernación de Antioquia cuando sucedieron esos crímenes. Fundamental.
Por algo el exfiscal general Eduardo Montealegre dijo el pasado 9 de julio en el programa Semana en Vivo, dirigido por María Jimena Duzán, que Uribe es un criminal de guerra. Montealegre señaló que tiene la denuncia penal en la que señala al senador Uribe de ser presunto responsable de las masacres de El Aro y La Granja, cuando se desempeñaba como gobernador. Uribe simplemente respondió que era un mentiroso, como seguramente le dirá a Mancuso.
Como se ha dicho en esta columna, el 16 de noviembre de 2008 el paramilitar Salvatore Mancuso aseguró, en audiencia de versión libre desde Estados Unidos, que un helicóptero de la Gobernación de Antioquia había hecho presencia en el desarrollo de la masacre que perpetraron los grupos paramilitares en conjunto con miembros de la IV Brigada del Ejército nacional en el corregimiento de El Aro, ubicado en el municipio de Ituango, Antioquia, en octubre de 1997.
Aseguró que Pedro Juan Moreno tenía conocimiento de la masacre que se iba a perpetrar en este corregimiento.
En ese sentido es importante el fallo en segunda instancia del Tribunal Superior de Medellín, que condenó al ganadero Francisco Antonio Angulo Osorio por el asesinato de Jesús María Valle, perpetrado el 27 de febrero de 1998.
El Tribunal lo condenó, junto a su hermano Jaime Alberto, a 30 años de prisión por el crimen del abogado y presidente del Comité de Derechos Humanos de Antioquia. Los jueces pidieron indagar también por la posible participación de agentes del Estado y del entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez, o de funcionarios cercanos a él, como Pedro Juan Moreno, en ese crimen de lesa humanidad.
Todo porque Valle Jaramillo estaba diciendo la más dolorosa realidad: “Desde septiembre de 1996 hay un grupo paramilitar en el centro de Ituango. Lo saben el Ejército y la Policía. Ese grupo armado ha cometido una serie de asesinatos y no hay una respuesta inmediata del gobierno local”.
Valle denunció a la Secretaría de Gobierno de Antioquia por negligencia ante los crímenes en Ituango. “Yo considero que el gobernador ha incurrido en un comportamiento omisivo y lo mismo el doctor Pedro Juan Moreno, en un comportamiento omisivo que raya en lo delictual”.
Frente a esto Mancuso ha asegurado que su contacto con esa gobernación era el mismo señor Pedro Juan Moreno y que conoció a Uribe en Montería y lo apoyó económicamente en su campaña presidencial.
Vaya, vaya, vaya.
Incluso, el 26 de septiembre de 2012, Mancuso aseguró ante Justicia y Paz que Pedro Juan Moreno le pidió personalmente disminuir la actividad criminal y acciones militares para favorecer al entonces candidato Uribe Vélez, cosa que fue satisfecha. Es importante referenciar que Pedro Juan Moreno murió después en un misterioso accidente de helicóptero.
Según le dijo el propio Don Berna a la periodista Maria McFarland en un correo electrónico, la muerte de Moreno Villa no ocurrió por accidente. “La muerte de él fue producto de un saboteo al helicóptero (sic) donde se movilizaba. Acción llevada (sic) a cabo por órdenes de Uribe”.
Fulminante.
Sobre todos estos hechos Mancuso viene a Colombia a entregar la verdad. Al igual que sobre la información que también tiene del ganadero Santiago Uribe como el jefe del grupo paramilitar llamado “Los 12 apóstoles”, que operaba en el municipio de Santa Rosa de Osos.
Un tema que debe tener muy preocupados a los hermanos Uribe Vélez, más ahora que el alto tribunal pareciera que impondrá medida de aseguramiento contra Álvaro Uribe Vélez en el otro proceso de que manejan en su contra por manipulación de testigos y fraude procesal. Todos estos casos están conectados por la misma génesis de los vínculos de esa familia con la filosofía paramilitar.
