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Una extraña muerte

Yohir Akerman
11 de abril de 2021 - 03:00 a. m.

Otro elemento para terminar la saga del profesor universitario Jorge Adolfo Freytter Romero, asesinado hace 19 años, es el extraño accidente que terminó con la vida de uno de los testigos principales, persona que conocía de la confabulación en ese crimen entre paramilitares y miembros de la Fuerza Pública.

Vamos por partes.

Carlos Alfonso Palma Gutiérrez, para sus conocidos el Mono Palma, era un buen cocinero y mejor bailarín que murió en Suiza en un accidente que nunca se investigó. Su oscuro pasado seguramente tiene mucho que explicar en su muerte.

A finales de los años 90 y hasta el 2004, el Mono Palma trabajaba en la Universidad del Atlántico en la Oficina de Admisiones. Según declaraciones del paramilitar Carlos Romero Cuartas, alias Montería, dadas a la Fiscalía 12 de Justicia y Paz de Barranquilla, varios empleados de esa universidad —entre los que se encontraba Palma, junto a varios rectores— participaron en la desaparición de estudiantes, profesores y sindicalistas de este centro de educación superior.

Según relatos de miembros de las Auc, Palma era informante de los paramilitares al interior de la Universidad del Atlántico. Su labor era identificar a los estudiantes y profesores que tenían ideas sobre temas sociales y políticos que fueran críticas del gobierno. Cuando los ubicaba, pasaba esos datos al Gaula y a los paramilitares, información que era manejada por el teniente Flover Argeny Torres Sánchez.

Recordemos que el 28 de agosto de 2001, pese a existir varias alertas de que esto podía suceder, el profesor y líder sindical Jorge Freytter fue retenido por un grupo de hombres armados al llegar a su casa en Barranquilla. Fue sometido por más de 24 horas a actos de humillación y tortura, que terminaron en su muerte al día siguiente. La causa de defunción fue asfixia, provocada por una bolsa de plástico en su cabeza.

Gracias a la evidencia documental publicada en esta columna, sabemos que Flover Torres, alias el Ingeniero, estaba con los paramilitares en el momento del secuestro y asesinato del profesor Freytter, junto a otros agentes del Gaula. Y según varios relatos, Torres fue uno de los que metieron el cuerpo del profesor en una bolsa para deshacerse de la evidencia.

Pero volvamos al Mono Palma. Según los mismos relatos de los paramilitares, Palma —conocido con el alias de Rubén— se infiltraba entre sus víctimas “haciéndose pasar por sindicalista”.

Por eso no puede pasarse por alto el testimonio rendido por Palma el 18 de mayo de 2007, cuando mencionó que la historia de la Universidad del Atlántico se partió en dos desde el año 1999, “cuando se pierde la tendencia izquierdista porque empezaron a llegar al centro de educación superior personajes nombrados en cargos de manejo y confianza, como el jefe de Recursos Humanos, señor Óscar Roncayo, quien se acompañaba de un trinquete de autodefensas armados dentro de la universidad, amilanándose los de izquierda porque comenzaban las amenazas en su contra, máxime cuando se designa para aquel momento como vicerrector administrativo y de servicios al señor Rubén Darío Ponce Esmeral a quien se le señalaba también de tener vínculos con los paramilitares”.

Agregó en ese momento alias Rubén que “desde ahí en adelante la gente empezó a tener miedo porque se sabía que las autodefensas se habían metido en la universidad, donde incluso existían estudiantes infiltrados al servicio de los paramilitares para señalar a los de izquierda”.

Palma era uno y dejó claro que le entregaba la información al teniente Flover Torres.

Lo sostuvo incluso cuando su vida empezó a correr peligro por esta aseveración. El 25 de agosto de 2008, Palma Gutiérrez manifestó que estaba muy preocupado por su vida y la de sus familiares porque personal del Gaula, y compañeros de Flover Torres fueron a buscarlo a su casa.

Señaló que personas de Barranquilla le anunciaron que lo estaban buscando para matarlo, porque “en días recientes lo buscó un agente del Gaula activo que es abogado y le manifestó que debía cambiar su versión y en lugar de responsabilidad a Flover Torres y le echara la culpa a un Torres del Ejército”.

Sencillo el pedido.

Posteriormente, el 11 de enero de 2010, en un escrito presentado a la fiscal 24 de Derechos Humanos, reiteró que temía por su vida y que en la cárcel Modelo de Barranquilla se estaba fraguando un plan liderado por Carlos Arturo Romero cuartas, alias Montería, para presionarlo y que cambiara sus declaraciones o matarlo. Dijo: “En una orden dada por Flover Argeny Torres Sánchez, de quien también el interno Montería relaciona en sus declaraciones por los crímenes de dirigentes sindicales”.

Poco después Palma salió del país porque lo iban a matar. Desde el exilio en Ginebra, Suiza, envió una carta a la Fiscalía el 1° de abril de 2011 diciendo: “Solicito a usted muy respetuosamente se me escuche en ampliación de denuncia en contra de Flover Argeny Torres porque fue este delincuente junto con Romero Cuartas, alías Montería, (quienes) torturaron, cercenándole un ojo y extirpación de testículos, al profesor Jorge Freytter Romero y como fue corroborado por los informes de Medicina Legal”.

Durante esa época, alias Montería cambió su testimonio y dijo que el agente Torres no participó en estos delitos, sino que fue un militar Torres del Ejército. Pero se sabe que eso respondió a presiones y amenazas, ya que después se comprobó que sí se trataba del agente Flover Argeny Torres Sánchez, el que estuvo involucrado en la tortura y asesinato del profesor Freytter.

Por su parte, el Mono Palma murió en 2013 en Ginebra, Suiza, en un accidente en extrañas circunstancias que nunca fueron investigadas por las autoridades, mientras que el agente Flover Torres sigue prófugo de la justicia.

@yohirakerman, akermancolumnista@gmail.com

 

juan(5027)13 de abril de 2021 - 01:47 p. m.
Y todo esto en tiempos del Tenebroso, el innombrable. El asesino de asesinos
Mar(60274)12 de abril de 2021 - 03:08 a. m.
Yohir, que valor agregado para El Espectador tenerlo a usted de columnista, por sus temas, por su valor y sus columnas tan bien documentadas. !Lo admiro!
Adrianus(87145)11 de abril de 2021 - 11:42 p. m.
Con sus investigaciones señor Yahir, de excelente factura, me queda siempre la sensación de que los servicios de inteligencia de este régimen se comportan como la S.S. de Tercer Reich , persiguiendo a los "enemigos" políticos. Son el mejor ejemplo de un lupanar, las llamadas "fuerzas del orden". Causa siempre escalofrío.
Pablo(88449)11 de abril de 2021 - 10:24 p. m.
Sí la Policía y el Ejercito quieren lavar su cara deben dar a conocer el escondite de este y otros bandidos que lamentablemente pasaron por sus filas y no llevar a la ciudadanía colombiana a desconfiar de estas instituciones en otrora gloriosas. Gracias al periodismo integro de Yohir Akerman por darnos a conocer todas estas atrocidades de la confabulación de los malos con los "buenos".
Tanatos(39449)11 de abril de 2021 - 09:01 p. m.
Flover Torres debe de estar escondido en alguna base del ejército como algún administrativo, en alguna casa fiscal. Por qué no lo encuentran? porque no lo buscan. A muchos no les conviene.
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