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Se reunieron de nuevo muchas mujeres en los alrededores de la Corte Constitucional esta semana para celebrar la libertad que consagró en un fallo histórico el alto tribunal hace un año. Una decisión que tiene que ver con derechos, con opciones, con la posibilidad de decidir, de elegir la maternidad o no. Tiene que ver con la vida de mujeres reales. Un año después se han logrado cambios y faltan más porque en este asunto, como en tantos, hay que desaprender prejuicios y dejar las estigmatizaciones.
En palabras de Ana Cristina González, una de las gestoras del Movimiento Causa Justa que llevó a la Corte la solicitud de despenalizar el aborto, “la conversación debe seguir porque es la única manera para conseguir el mejor acuerdo posible que respete a quienes están a favor o en contra y en especial a las mujeres, para permitir que sus maternidades sean deseadas”.
Nunca habrá un acuerdo total en torno a un tema tan complejo, tan personal y a la vez tan político y lleno de matices como el aborto. Lo importante es que la sociedad pueda hablar del asunto para tomar decisiones de salud pública y de derechos reproductivos por encima de diferencias y prejuicios. Que cada mujer pueda elegir según su conciencia y sus circunstancias. La decisión de la Corte Constitucional fue un paso importante, pero falta que se aterrice completamente el derecho en la práctica en especial para las mujeres más vulnerables.
El Movimiento Causa Justa presentará un balance completo en un par de semanas, pero se sabe ya que las mujeres han acudido libremente a indagar por su derecho a la interrupción del embarazo y quienes lo deciden han podido hacerlo mayoritariamente entre las semanas 10 y 12. Alrededor del 93 % de las interrupciones de embarazos no deseados se dan en ese marco según los datos preliminares de Causa Justa. Muchas de estas mujeres han accedido a este servicio de salud a través de sus EPS, aunque todavía alrededor de la mitad no han podido hacerlo a pesar de estar afiliadas.
Cuenta Ana Cristina González que las barreras de acceso a la interrupción del embarazo siguen. Algunos trabajadores de la salud dicen que desconocen el fallo o eligen ignorarlo y así ponen trabas que generan demoras. La situación es más crítica para las mujeres del campo, las más pobres y las niñas. Siempre las peores consecuencias de un aborto inseguro las han padecido las mujeres más vulnerables. Por eso este es también un tema con un fondo socioeconómico.
Plantea el Movimiento Causa Justa que la siguiente batalla debe ser por la “despenalización social del aborto”. Y es que siguen los señalamientos y la estigmatización tanto para las mujeres que contemplan interrumpir un embarazo como para el personal de salud que trabaja en este servicio hoy reconocido como derecho hasta la semana 24 luego del fallo de la Corte Constitucional.
Ana Cristina González considera por eso que una vez alcanzado el logro importante de poder hablar sobre el aborto con seriedad y con argumentos, hay que seguir con el tema en la agenda pública para abordar lo que falta hasta que se garantice a todas las mujeres efectivamente y en todos los rincones que puedan tomar la decisión con libertad y atención.
El aborto está hoy como parte del debate en varios países. Vale recordar que en Estados Unidos la Corte Suprema tumbó un fallo de hace medio siglo que le dio marco jurídico de libertad al aborto en ese país. La decisión que tomó la Corte Constitucional puso a Colombia en el centro de atención internacional en la materia y desde otros países miran y analizan la decisión que se considera de vanguardia. Un tema imposible de consensuar desde lo ideológico, pero que podemos abordar como sociedad en toda su complejidad para hacer el pacto social que permita proteger los derechos de las mujeres.
