Toda vida cuenta, toda muerte es una tragedia y más si la arrebata la violencia. Y cuando la víctima es un líder social o un periodista, pierde la sociedad un poco de esperanza, una dosis de futuro y mucho de verdad. El 16 de octubre asesinaron en Montelíbano (Córdoba) al periodista Rafael Emiro Moreno. Se había pedido que fuera reforzado un esquema de seguridad que tenía asignado, pero el llamado no se atendió y los sicarios lo alcanzaron en la noche.
Desde su medio digital este periodista denunciaba hechos de corrupción y el accionar de grupos ilegales. Su voz, que era fuerte y muy radical, incomodaba a los delincuentes y lo...
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