Información y censura en tiempos de guerra

Dicen que el primer muerto en una guerra es la verdad. La de Ucrania no es la excepción. Para la muestra las muchas imágenes manipuladas y falsas que han circulado en redes. La información es un poder y en las guerras controlarla es uno de los primeros objetivos. Sin importar cuál sea el desenlace o cuántos muertos se necesiten para que se silencien las armas, el mundo no será el mismo y para entender lo que nos viene necesitamos información. De nuevo toca echar mano del buen periodismo que hoy puede estar en riesgo por la amenaza misma de la guerra que convierte en blanco a los periodistas y también porque en las decisiones políticas que se han tomado, aparecen la censura o el cierre de medios como parte de la batalla.

Varios medios, como BBC y CNN, cerraron sus operaciones en Rusia después de que fueron censurados allí. A Putin no le conviene que haya periodistas observando de cerca sus crímenes y eso nos deja sin una mirada importante. Del otro lado también fueron sacados del aire algunos medios rusos en Europa y a los periodistas se los comenzó a etiquetar en redes sociales. Colegas independientes que prestan sus servicios a diferentes medios y han sido etiquetados por Twitter como “afiliados al gobierno ruso” recuerdan que trabajar en un medio de un país no convierte al periodista en aliado de ese Gobierno. Vale recordar que gracias a periodistas que trabajan en Rusia (occidentales o rusos) nos hemos enterado de las protestas de ciudadanos de ese país contra la guerra y de las detenciones de muchos de ellos. Cuando se silencian medios y periodistas, sin importar la línea que tengan, se cierran posibilidades de entender.

Es difícil defender principios en tiempos de guerra, pero como creo en la democracia hoy abogo por la libertad de prensa. Siempre busco formarme una opinión con múltiples miradas en mi esfuerzo por batallar contra el fundamentalismo que invita a no pensar. Sigo a medios y periodistas latinoamericanos, europeos y de Estados Unidos. También desde hace tiempo (mucho antes de la guerra) sigo la información de RT en español, un canal financiado por el Estado ruso y eso define su línea editorial que sesga la información. En esta crisis RT ha sido censurado en Europa y espero poder seguir viendo su información aquí. Publica mucho contenido con el punto de vista ruso, obvio, pero también noto el esfuerzo por publicar lo que se dice desde Ucrania y Europa. Incluso RT publicó un video posterior a la censura en el que una de las periodistas hizo una nota editorial manifestando que ella no compartía la decisión que Rusia había tomado y defendía su trabajo.

Vale decir que condeno sin matices la invasión ordenada por Putin con su estela de muerte y terror que tiene al mundo en vilo. Violó el derecho internacional y es claro que la respuesta frente a estas amenazas debe ser contundente. Eso incluye fuertes sanciones. Lo que me preocupa es cuando se quieren imponer verdades oficiales. No sobra recordar que la de Putin no ha sido la única acción unilateral de una potencia y siempre la población civil paga con sufrimiento y muerte mientras la verdad se enreda en el camino. Condeno esta y todas las agresiones, pero también creo que es mejor tener información de muchas fuentes para acercarnos a lo que pasa. Sigo hoy a reporteros de diversas nacionalidades (algunos colombianos) que están en Ucrania y con lo que reportan en terreno me siento bien informada. Les agradezco su coraje y su trabajo. Precisamente porque sé que nada reemplaza al buen reportero desde el lugar de los hechos, me parece importante saber qué pasa en Ucrania y también qué pasa en Rusia. La guerra corta derechos y libertades siempre. La vida amenazada es lo más grave, pero no es lo único en riesgo. Por eso es importante recordar que mantener un mínimo respeto por las libertades conquistadas es lo que nos puede salvar. Así entendemos también por qué tantos en Ucrania están dispuestos a morir hoy defendiendo esas libertades amenazadas.