No importa cuál sea el atajo que quiera aplicar el presidente Gustavo Petro para convocar a una Asamblea Constituyente y los debates jurídicos que eso genera: hacer una nueva Constitución es un asunto político y, en esa materia, no hay ambiente mayoritario en el país para convocar a una Constituyente. De llegar a concretarse la idea de alguna manera, es un riesgo poner en juego los derechos sociales consagrados en la Constitución del 91. Es cierto que falta mucho para que lo firmado sea una realidad para todos, pero esa Carta es el norte, el camino fijado y la meta para llegar a tener un país con mayor equidad, inclusión y respeto...
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