Coronavirus induce innovación en protesta social

Luis I. Sandoval M.
17 de marzo de 2020 - 05:00 a. m.

La pandemia Covid-19 está induciendo cambios, unos muy negativos, otros de alguna manera positivos, en las economías, las instituciones, los mecanismos de salubridad pública, inclusive en las formas de realizar la protesta social en todo el mundo.

Igual a lo que pasa con muchísimas actividades, quienes protestan no pueden hacerlo en grandes aglomeraciones, cada persona debe estar a una distancia de dos metros por lo menos de cualquier otra, no es aconsejable hacer convocatorias en espacios abiertos y menos en recinto cerrado.

Esas condiciones mínimas desestimulan la realización de marchas y concentraciones. También contribuye a ese desestimulo la recomendación de no utilizar el transporte público y quedarse lo más posible en casa para alejar el riesgo de contagio. El teletrabajo, hace rato en auge, experimenta en este momento una expansión nunca sospechada.

En Colombia donde, ante múltiples incumplimientos, soluciones represadas y nuevos problemas sociales, se adelanta desde el 21N (noviembre 2019) una ola incesante de protestas callejeras que tenía acciones agendadas para el 8, 16 y 25 de marzo, los impulsores de tales movimientos –líderes y lideresas sindicales, populares, barriales, indígenas, campesinos, afros y juveniles- han tenido el buen juicio de cambiar la modalidad de protesta.

Así me lo explicaron la semana pasada cuando visité, sin aviso previo, varios epicentros de activación de la movilización. "Nuestro movimiento es por la vida, por la de los líderes en primer lugar y por vida decente y trabajo decente para todos. Estamos contra el Coronavirus que tan gravemente amenaza la vida de pueblos enteros. Ayudaremos a combatirlo, pero no dejando de protestar sino imaginando otras formas de protesta, dándole más fuerzas a las expresiones de protesta simbólica".

Y me dieron ejemplos: banderas tricolores con un lazo o cinta negra, ruido de cacerolas sin abandonar los lugares de habitación, grandes pendones en las fachadas de los edificios, leyendas en cerros tutelares de ciudades y pueblos. Todavía esas no son acciones muy innovadoras, aunque poco frecuentes.

La mayor innovación está en recursos culturales diseñados para circular por las redes virtuales. En este campo lo que se advierte es una exuberancia que impresiona y cala en pensamientos y sentimientos más que cualquier otra acción. Ya quedaron atrás la chapola y el afiche, aunque el grafiti ha vuelto a tener presencia y también el mural multicolor. Recursos viejos nutren originales expresiones que utilizan intensamente medios informáticos y aplicaciones de última generación.

El Coronavirus causa enormes estragos en todas partes y en todos los ámbitos de la vida social. Sin embargo permite descubrir la precariedad de ciertas instituciones destinadas a la protección de la población en caso de tragedias y desastres, permite también introducir cambios en enfoques y prácticas sociales, entre ellas la protesta social.

La sensibilidad de los líderes puede favorecer la percepción general del carácter humanista y altruista de la protesta. La protesta, en verdad, causa incomodidades, con frecuencia interrumpe circuitos viales y económicos, pero no es una pandemia.

La protesta surge para combatir “pandemias estructurales” como el hambre, la guerra, la desprotección social, el trabajo precario y tercerizado, el desconocimiento y violación de derechos, la enorme y repugnante desigualdad social, la acción depredadora contra la naturaleza, casa común, que hoy tiene en riesgo a la propia especie humana... Ciertamente no es por capricho, sino por justificada indignación y necesidad vital que se protesta.  

La voracidad del capitalismo neoliberal está en el origen de los más graves males actuales de la humanidad. Como nunca la protesta social es necesaria tanto en los países de mayor desarrollo económico como en los de menor desarrollo, en estos con más fuerza… Muy bien que la protesta social se recree, afine el sentido común, sea más imaginativa y más audaz... Que evolucione y adquiera nuevas formas.  Imposible hacer avanzar el proceso humanizador y civilizatorio sin protesta social...  

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