Cuidado con la polarización

Luis Carvajal Basto
18 de noviembre de 2019 - 05:00 a. m.

Los reclamos  que motivan  el paro son, en casos como  la protesta por los crímenes contra líderes sociales, completamente razonables, siendo falso imputarlos, como  principio, al gobierno o las instituciones, mientras  todos sabemos que  se relacionan con la actividad criminal del narcotráfico. Otras demandas, en salarios y pensiones, pueden ser importantes para abrir una indispensable discusión, buscando mayor información y nuevos consensos, pero  no podemos propiciar  que el paro se utilice para fomentar  violencia y polarización.

Las reuniones del presidente, con sindicatos y gremios,  para anticipar efectos indeseables de las promocionadas movilizaciones del 21, tendrían mejor pronóstico  si hubiese convocado y comprometido  a  todos los partidos y sectores políticos y de opinión. Un enemigo, no tan oculto, es  la resurrección de la polarización, fundamentada ahora en multiplicidad de noticias falsas que circulan en redes. Las maneras con que, desde algunos sectores, se han convocado, y también desestimado, las marchas, se parecen más a un desafío  que a una demostración de insatisfacción ciudadana  en ejercicio del legítimo derecho a la protesta.

Duque ganó las presidenciales pero el Centro Democrático no logró mayorías en el congreso. Tampoco el presidente se ocupó de conformarlas asumiendo las consecuencias. La ausencia de sincronismo  entre gobierno y congreso  que cualquier democracia necesita, ha afectado su desempeño. Lo ocurrido con la reforma tributaria y  la renuncia del ministro Botero puede observarse desde esa óptica .Al presidente la oposición le ejerce ahora convocando a la movilización callejera. ¿Instigación desde Venezuela? No es una novedad.

Se ha hecho lugar común la frase según la cual en política, como en la guerra y en el amor, “todo  vale”; a riesgo de liquidar las instituciones democráticas que, aun por desarrollar y perfeccionar, tanto han costado a los colombianos construir.

Estimulando la polarización, una característica indeseable de la época en que vivimos, Estados Unidos se dividió con consecuencias que aún se desconocen; nuestros compatriotas venezolanos pudieron llegar hasta la Venezuela de Maduro  y  a  5 millones  les ha tocado irse. En Bolivia se han encontrado en la puerta de entrada de una confrontación civil; en Chile están a punto de la parálisis en diferentes actividades y una nueva Constitución. ¿A alguien  se le ocurre comenzar a recorrer ese camino?

Los paradigmas  han cambiado. Veamos, superficialmente, el tema salarial. Coinciden en solicitar su alza  la ministra de trabajo y los sindicatos. Una mayor capacidad de compra, por el aumento salarial, podría propiciar  mayor dinamismo en la economía (que crecerá a un 3.3-3.5% en 2019 mientras América Latina lo hará al 0.2%), aunque también  podría generar inflación y  desempleo. En general, los  bienes  aumentarían su precio,  reduciendo la capacidad de compra de los salarios, como ha ocurrido  en Venezuela, en el extremo, siendo la escala móvil de salarios engaño y mentira probados¿Se puede discutir una propuesta como esa en las calles o incentivando la confrontación? No es posible gobernar desde allí  pero sí afectar  las instituciones y aprovechar para hacer mala política.

Algo parecido  ocurre en el caso de las pensiones: aunque no  guste a pocos es indispensable ampliar el número de colombianos que aportan al sistema  haciendo posible que  muchos más  puedan pensionarse en mejores condiciones y  un grueso del presupuesto no se destine a un grupo de privilegiados. ¿Por qué tenerle miedo a una reforma? Una convocatoria contra “todos los males” puede servir para presionar demandas pero también para  hacer mala política. Bienvenida la movilización ciudadana pero cuidado con polarización, mentiras, falsos profetas y “magos”.

@herejesyluis

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