Comunidad y desarrollo

Cultivo de aguacate Hass pone en peligro el PCC

Uriel Ortiz Soto
26 de febrero de 2020 - 05:00 a. m.

El “cafetecidio” que se está cometiendo en el Eje Cafetero con el cultivo del aguacate Hass está poniendo en riego el Paisaje Cultural Cafetero (PCC); por lo tanto, dicho cultivo debe ser frenado en el menor tiempo posible.

La efímera bonanza del aguacate Hass está acabando con lo más preciado de la región del Eje Cafetero, el Paisaje Cultural Cafetero, declarado por la Unesco en el año 2012 como patrimonio cultural de la humanidad.

Varias multinacionales están desesperadas comprando predios cafeteros para destruirlos y dar paso al cultivo del aguacate Hass. Considero que semejante “cafetecidio” no lo debemos permitir; los señores alcaldes de los municipios afectados tienen la palabra.

Todo proyecto productivo debe tener una cadena que comprende nueve eslabones y, al mismo tiempo, una alianza estratégica para buscar su viabilidad de producción y comercialización a largo plazo. Posteriormente, se debe crear la asociación o agremiación, con estatutos claros y personería jurídica que permitan poner en orden su producción y comercialización para hacer la presentación ante los organismos oficiales.

La falta de una agremiación seria frente a determinado producto hace que quienes no sigan sus parámetros se lancen a cultivarlo a la topa tolondra y luego sufren las consecuencias de mala calidad de producción, manejo deficiente de las cosechas, almacenamientos inadecuados, empaques y embalajes deficientes, La mayoría de las veces, sin estos requisitos se pierden las cosechas y sus productos.

Lamentablemente, existen productos que en un abrir y cerrar de ojos se presentan como novedoso negocio, pero hay que mirarlos con cabeza fría para no ir a cometer los mismos errores del pasado, como ocurrió con la granadilla. Muchos de nuestros campesinos se ilusionaron y la dicha les duró muy poco, puesto que no se hicieron los estudios pertinentes de costos de producción y los análisis de los mercados nacionales e internacionales. Hoy en día, estos cultivos están desapareciendo y quienes fueron sus promotores también se esfumaron.

Son cientos los pequeños y medianos productores de granadilla que hoy se encuentran endeudados con los prestamistas del pueblo o las entidades financieras, muchos de ellos, a punto de perder sus fincas, todo por dejarse llevar por un grupo de avivatos forasteros que llegaron a ilusionarlos y, pasada la efímera bonanza, los abandonaron a su suerte.

Es precisamente, pero mucho más grave, lo que está ocurriendo en el norte de Caldas y otras regiones del Eje Cafetero con varias multinacionales que desesperadamente están comprando fincas cafeteras para destruirlas y convertirlas en productoras de aguacate Hass, muchas de ellas con una tradición de más de 100 años. En estos momentos, ya no tienen el aroma campesino de la gloriosa caficultura y el Paisaje Cultural Cafetero, declarado por la Unesco en el año 2012 como patrimonio cultural de la humanidad, pues debido a su poda se encuentra más que mutilado, con grave peligro de desaparecer.

En los últimos años, ha existido un inmenso entusiasmo, pero al mismo tiempo preocupación, por la siembra y producción con fines de exportación de aguacate Hass en todo el Eje Cafetero. Si tenemos en cuenta que es un producto que se está tomando los mercados internacionales, también hay enorme preocupación pues todo se está quedando en manos de unas multinacionales que adquieren fincas cafeteras para tumbar los cafetos y sembrar el aguacate Hass.

¿Qué pasará con estos predios otrora cafeteros cuando pase la bonanza del aguacate Hass? Muy seguramente que los dejarán abandonados con un panorama desolador, pues a las multinacionales que promovieron este desastre ecológico no les interesa más que acabar de llenar sus arcas de dinero, para luego emprender las de Villadiego.

No sé hasta dónde los alcaldes de las diferentes regiones afectadas puedan tomar cartas en el asunto con el fin de frenar el “cafetecidio”. Al paso que vamos, el santuario cafetero del país está que desaparece en medio del bumerán de los aguacateros del Hass, que están buscando a toda costa aprovechar una bonanza efímera, sacrificando una tradición cafetera de la cual nos sentimos orgullosos quienes allí nacimos y pasamos parte de nuestra existencia.

Es justo apenas hacer un llamado a que quienes ingresen al cultivo del aguacate Hass lo hagan con pleno conocimiento de causa, previos los estudios de rigor amparados por una agremiación que los oriente y guíen.

Creo que estamos en pleno derecho de pedir a estas multinacionales cultivadoras de aguacate Hass que entren a la agremiación de cultivadores del norte de Caldas, con el fin de trazar una política clara en conjunto y sacar el mejor provecho para todos los cultivadores, pero, eso sí, defendiendo por encima de todo el Paisaje Cultural Cafetero.

urielos@telmex.net.co

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