CVT - ¿Cómo vamos todos?

Camilo Camargo
10 de noviembre de 2019 - 05:00 a. m.

Hace varios años estaba en una biblioteca pública en un país nórdico. En ese entonces, necesitaba sacar una fotocopia de un libro. Al tener la copia en mis manos busqué dónde pagar por la fotocopia. Lo que encontré fue una caja muy discreta al lado de la máquina que decía: “Fotocopias – 10 centavos”. Miré dentro de la caja y vi algunas monedas. Miré alrededor a ver si había alguien observando si le debía dar el dinero a alguna persona, no había nadie. Después de unos segundos, saqué los 10 centavos, los metí en la caja y me fui.

Fueron solo unos segundos para tomar la decisión de dejar la moneda o no. Aunque parece una decisión simple y obvia, no lo es. En esos segundos pasaron por mi cabeza dos grandes influencias que eran contrarias y que hubieran llevado a dos acciones opuestas. Por un lado, estaba la formación recibida en mi casa y en el colegio, que indicaba que yo debería dejar la moneda pues era mi responsabilidad como individuo. Por otro lado, tenía toda una cultura del vivo sobre mí, de poder irme de ahí y ganarme esos centavos; a la larga, nadie se hubiera dado cuenta. La decisión era si pagaba contribuyendo a que la fotocopiadora siguiera funcionando, se le pudiera hacer mantenimiento y se pudiera comprar más papel, o si me iba y no pagaba por esas cosas.

Esa cultura del vivo nos está matando. He oído, más de una vez, que en Colombia la gente busca su CVY, es decir, el “cómo voy yo”. En negociaciones está esa expresión para referirse a la tajada que le puede quedar a un individuo por hacer la transacción. Ese CVY se paga por fuera de la negociación y en muchos casos está relacionado con una mordida o algo por ese estilo. Podrán preguntarse qué tiene que ver el CVY con la fotocopia de los 10 centavos. La verdad, mucho.

La mirada desde la cultura del vivo, del CVY y de “nadie se va a dar cuenta” nos ha llevado a un punto en que como sociedad validamos todo. Oí hace poco a una persona decir: “Corrupción siempre va a existir, lo importante es que también hagan obras y no se queden con todo”. El grado de aceptación de lo que vivimos a diario en Colombia tiene que cambiar.

Un amigo me contó que en Suiza llegó a un restaurante un político condenado por corrupción. Después de que se sentó, todos los comensales se levantaron y se fueron. La sociedad repudia las actitudes que van en contra del bien común.

Y ahí es donde pensamos ¿cómo podemos cambiar ese enfoque del CVY a uno que esté más dirigido al CVT, es decir, a “cómo vamos todos”? Todo comienza por pensar cómo pueden afectar a otras personas las acciones que estoy tomando. Ese análisis puede llevar a un entendimiento que es mejor para todos, pensar y actuar de tal manera que maximicemos el impacto de nuestras acciones positivas y reduzcamos esas acciones que son como sanguijuelas en nuestra comunidad.

A la larga, en la medida en que todos estemos pensando en el CVT, vamos a lograr actuar de una manera más unida como sociedad para que al final todos los individuos, de manera colectiva, podamos estar mejor.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar