Las incesantes descalificaciones que se hacen en los medios a la ministra de Ciencia, la bióloga Mabel Torres, no parecen dirigirse solo contra ella, sino que apuntan hacia la validez otorgada a otras formas de interrogar al universo y de generar conceptualizaciones acerca de este. Como en los bombardeos aéreos, aquí poco importan los daños colaterales con tal de alcanzar un blanco de alto valor. Si se pensara en el interés del país, esta discusión podría convertirse en una inescapable oportunidad para reflexionar constructivamente sobre las relaciones existentes entre ciencia y conocimientos tradicionales sin banalizar el tema, sin ingenuidades y siendo conscientes de los arraigados prejuicios e intereses que existen hacia las formas en que algunas sociedades no occidentales han concebido el mundo. En ese orden, deberíamos preguntarnos: ¿qué es el conocimiento?, ¿quién puede conocer?, ¿qué puede ser conocido?, y ¿cuáles son los discursos prácticos envueltos?
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Daños colaterales
31 de enero de 2020 - 02:39 p. m.
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