Notas de buhardilla

De esto hablamos, viejo

Ramiro Bejarano Guzmán
15 de marzo de 2020 - 05:00 a. m.

Ni el Gobierno, ni el Centro Democrático (CD), ni Álvaro Uribe, ni sus defensores a ultranza pueden ocultar sus relaciones con alias Ñeñe Hernández, ni desmentir el ingreso de sumas de dinero por debajo de la mesa para aceitar las elecciones presidenciales en La Guajira.

La pobre defensa ante este terremoto se ha centrado en que, como no ha aparecido el audio de la conversación entre el Ñeñe y “Caya” Daza —asesora del presidente eterno y madre de una funcionaria diplomática designada por este Gobierno—, entonces todo es mentira. ¿Qué dirá el exfiscal Martínez de la engavetada o pérdida de algunos de estos audios? Grotesca coartada, porque si bien es cierto que no ha aparecido el audio, hay fotografías y videos que dan cuenta de que Ñeñe no era un aparecido. Que este oscuro negociante haya sido invitado a la posesión del subpresidente Duque no fue una coincidencia ni el señor fue un colado.

El CD minimiza encuentros, abrazos y palmaditas de Duque con Ñeñe. El presidente eterno lamentó su asesinato en Twitter y después se justificó alegando que se lo habían pedido amigos de la región, que no identificó. Curioso gesto el de un exmandatario que expresa públicamente condolencias por la muerte de un sujeto de precaria reputación, porque se lo piden otros. Algo similar hizo José Félix Lafaurie, el presidente de Fedegán, la poderosa organización de ganaderos ultraderechistas, patrocinadora de las publicaciones virtuales desde donde el uribismo miente, calumnia, injuria y desinforma con el beneplácito de Duque y su séquito. Lafaurie fue tan lejos que declaró que la familia del Ñeñe “es la mía”.

Todos esos antecedentes y vínculos hacen verosímil la conversación atribuida al Ñeñe con la subalterna de Uribe, hoy de viaje en el exterior, en la que no se habla de aportes transparentes a la campaña, sino de financiación por fuera de las cuentas oficiales para la compra de votos en una región donde difícilmente se ganan elecciones de otra manera. Y, curiosamente, Duque, que había perdido en esa zona en la primera vuelta, en la segunda, como por arte de magia, ganó y ampliamente. Lo evidente es que ese triunfo hoy parezca coincidente con la lluvia de dinero que registra la conversación del Ñeñe y Caya.

Entre otras, ¿por qué tenía que salir de viaje la señora Daza justamente cuando la requiere la justicia? ¿Y por qué la Fiscalía no impidió su salida, habiendo podido hacerlo? Esta vez el avión presidencial no se parqueó en su tierra, como cuando hicieron coincidir un encuentro regional en Valledupar con el matrimonio de su hija, al cual pudo asistir en pleno todo el Gobierno. Eran los días de gloria que hoy se ven grises.

El asunto, pues, no puede despacharse con la soberbia del gerente de la campaña de Duque. Descartar la grave acusación alegando que no aparece ingresada la cuantiosa suma de la que se habla en la transcripción, y que eso prueba que no ingresó, es creernos bobos. Esas platas que llegan a última hora y en proporciones importantes son justamente las que no se registran, pero que todo el mundo sabe que cuando de ellas se habla los frutos se ven reflejados en cambiar resultados electorales adversos por unos favorables.

Este escándalo, según el comunicado del CD, es fruto de un complot organizado por la izquierda y la prensa criolla y mundial, como si ellos no tuvieran responsabilidad en el deterioro de la tranquilidad pública. En efecto, sostienen sin sonrojarse que “el envilecimiento del discurso público, la infamia y la calumnia como herramienta política, el uso del ámbito judicial como fuente de desprestigio, son amenazas muy graves contra nuestra institucionalidad y contra la democracia”. ¡Qué tal el cinismo! Como si no hubiesen sido los uribistas quienes convirtieron en invivible la república, denigrando, criminalizando opositores, haciendo montajes y ahora valiéndose de un fiscal de bolsillo para perseguir a sus críticos.

Adenda. Gobierno tenebroso es el que permite que la Fuerza Pública haga lista de opositores, que suba a indeseables a los helicópteros militares y que siga en el cargo un cuestionado director de la Policía.

notasdebuhardilla@hotmail.com

 

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