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Colombia está en alerta por los niveles de los embalses para la generación de energía eléctrica, pero quienes auguran un racionamiento o un apagón están adelantándose a los hechos. Es cierto que el Gobierno Nacional ha tenido que adoptar medidas de choque y que el sector está en alerta por culpa del fenómeno de El Niño, pero aún estamos lejos de una situación de crisis. Con el nombramiento de nuevos miembros en la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), tras una inusitada demora, se resuelve por fin una de las preocupaciones. El Gobierno debería aprender de su fracaso con la reforma a la salud en las discusiones abiertas sobre las normas referentes a tarifas y el cargo por confiabilidad: es momento de concertar y de colaboración conjunta.
Decir que no estamos cerca de un apagón no pretende, hay que decirlo, minimizar el problema. El Niño nos está afectando. Justo ayer, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, fue claro: “Tenemos una situación climática que no nos ha ayudado para nada. El fenómeno de El Niño ha sido muy fuerte y eso ha llevado a una situación crítica de los embalses”. Es lo mismo que viene advirtiendo el operador del Sistema Interconectado y el administrador del Mercado de Energía Mayorista de Colombia (XM). El promedio nacional de los embalses está en 31,51 %, cuando el límite es del 27 %, y tenemos casos de gran alerta en el oriente del país, que tiene sus embalses en un 12,02 %. Ya hemos visto situaciones similares: con el recrudecimiento de la emergencia climática, los fenómenos correspondientes serán más graves.
Por todo esto, XM publicó una carta donde dice que “se ha venido informando y dando señales de riesgo sobre la operación actual para atender la demanda de la manera más confiable, segura y económica”. En respuesta, el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, dijo: “Venimos tomando medidas que implican el concurso de todos. Venimos adoptando unas resoluciones para gestionar nuestra exportación de energía y garantizar que las plantas de generación térmica puedan soportar este periodo de recuperación de nuestros embalses”. Entre las medidas, por fin nombraron funcionarios en la CREG, lo que le da quórum a la entidad para tomar decisiones. Lamentablemente, estos últimos designados solo están de manera temporal, por lo que sigue la deuda del Gobierno con esa comisión.
Todo esto ocurre en medio de tensiones entre el sector de generación de energía y la administración de Gustavo Petro, en particular por las tarifas de energía. Desde que llegó a la Casa de Nariño, este ha sido un tema prioritario para el presidente, quien dijo que impulsará un cambio en el cargo por confiabilidad en el Congreso. Es un debate necesario, pues hay zonas del país, como la costa Caribe, donde el costo de la luz es impagable, al punto de convertirse en crueldad. Sin embargo, el Gobierno debe aprender de sus errores con la reforma a la salud. Es tiempo de concertación genuina, construir alianzas con los operadores y lograr cambios que no causen más polarización. Satanizar lo existente sin conocerlo a fondo, ya se demostró, no es el mejor camino para diseñar un mejor esquema. Para preparar a Colombia frente a los retos del futuro en generación de energía, necesitamos debates productivos.
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